Militar, periodista y uno de los jefes de la Revolución de las Reformas de 1835. Hijo del canario José Carujo, oficial realista y de Juana Hernández, venezolana. Recibió una esmerada educación, siendo de los pocos venezolanos de su época que hablaban y escribían el inglés y el francés. Pese a nacer en un hogar dividido en torno a la causa realista y a la republicana, se sumó al movimiento emancipador, formando parte del batallón Orinoco acuartelado en Angostura (1819). En 1821, participó bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez, en las campañas de Caracas y Santa Lucía. Con el grado de capitán, se distinguió en la toma de Maracaibo (1823), resultando herido en combate, por lo que se trasladó a Nueva Granada. Estando en Bogotá, estudió matemáticas y geometría analítica, bajo la conducción del fraile franciscano Tomás Sánchez Mora, formando parte además de los círculos intelectuales agrupados en diversas sociedades literario-filosóficas de la capital neogranadina, lo cual lo llevaría a ingresar a la masonería donde alcanzó el grado 18. Desempeñándose como ayudante del Estado Mayor del departamento de Cundinamarca, fue ascendido a comandante (1828) y seleccionado por Simón Bolívar para presidir la Escuela Militar que se fundó en Bogotá. Sin embargo, a pesar de esto se unió a los partidarios del vicepresidente Francisco de Paula Santander, que perpetraron el atentado del 25 de septiembre de 1828 contra la vida del Libertador. Por tal motivo, fue condenado a muerte salvando su vida sólo por un indulto concedido por el Consejo de ministros. Encerrado en la cárcel de Bogotá y luego llevado al castillo de Bocachica en Cartagena, fue trasladado en marzo de 1829, a la fortaleza de El Vigía de Puerto Cabello de donde se fugó (2.8.1829). No obstante, al poco tiempo fue capturado y regresado a la fortaleza donde se colocaron grillos.
Su tiempo en prisión lo dedicó además de abogar por su libertad, escribiendo al general José Antonio Páez y otros personeros del régimen; a publicar artículos y cartas en El Fanal - periódico de Tomás Lander - que influyeron en el pronunciamiento separatista de Puerto Cabello, conocido como La Cosiata (17.11.1829). Deportado a Curazao a comienzos de junio de 1830, la amnistía general decretada por Páez el 25 del mismo mes le permitió regresar a territorio venezolano. Radicado ya en Maracaibo, organizó un cuerpo miliciano de 1.000 hombres, con el cual pasó la frontera e incursionó sobre Río Hacha, que se había rebelado contra el gobierno de Rafael Urdaneta. En las inmediaciones de esta ciudad (San José y el Molino, enero de 1831 fue derrotado por el general José Félix Blanco, tras lo cual se retiraría del ejército en 1833. Posteriormente, convertido en el vocero de un grupo de militares y de hacendados reunidos alrededor del general Santiago Mariño, Carujo combatió desde las columnas del periódico El Republicano la candidatura presidencial del doctor José María Vargas, a quien acusaba de haber sido "realista y antipatriota" (1834). En 1835, fue uno de los oficiales que encabezaron la Revolución de las Reformas dirigida por el general Santiago Mariño, siendo el encargado de apresar al presidente Vargas en su casa (8.7.1835). Asimismo, fue en este momento en que se produjo el diálogo entre ambos, según el cual Carujo le dijo a Vargas: "Doctor Vargas, el mundo es de los valientes..." a lo que contestó éste: "El mundo es del hombre justo", tras lo cual partió exiliado a la isla de Saint Thomas.
Al frente del batallón Anzoátegui, Carujo fue uno de los más combativos participantes en esa guerra civil, venciendo en los combates de Cariaco (20.9.1835) y en Carúpano (5.10.1835), donde derrotó al general Francisco Esteban Gómez. Cambiado el teatro de operaciones al centro de operaciones al centro del país (Puerto Cabello), dispersó en El Pino, cerca de San Esteban (27.10.1835), al coronel Andrés Torellas y comandó a su vez una de las 3 brigadas que intentaron tomar Valencia el 28 de octubre y que fueron derrotadas, al día siguiente, en el combate de Camoruco, por el general José María Carreño. Aunque fue encerrado en castillo de Puerto Cabello, logró escapar y reiniciar las incursiones hacia Tucacas, Aroa y San Felipe. A pesar de que la rebelión fue sofocada en el resto del país, Carujo mantuvo desde la plaza de Puerto Cabello, actividades de guerrilla en la zona del litoral carabobeño. Finalmente, herido y capturado en la batalla de Paso Real, cerca de Puerto Cabello (25.12.1835), fue juzgado y sentenciado a muerte (27.1.1836) pero la sentencia no se cumplió ya que falleció en la cárcel de Valencia, como consecuencia de las heridas sufridas durante el desarrollo de lo que sería su último combate.
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