Argentina fue el país que más redujo el poder de compra del salario mínimo, vital y móvil en 2016 en la región, según reveló un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda realizado entre diciembre de 2015 y el último mes del año pasado.
El salario mínimo de los trabajadores argentinos sufrió una caída del 15% en su capacidad de compra, sostiene el trabajo coordinado por el licenciado Santiago Fraschina. Las caídas más importantes se observaron en los alimentos a los que se les quitaron subsidios o retenciones a las exportaciones, como aceite de girasol (-53%) y harina de trigo (-43%)
En la investigación se compararon los casos de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú; donde se estudiaron los niveles salariales y de precios.
Entre los principales motivos del deterioro salarial en nuestro país estuvieron la elevada inflación, por encima del 40% anual, y el escaso incremento salarial.
“En el mercado de trabajo los cambios impactaron en la tasa de desocupación, cuya elevación significó una barrera para mayores aumentos. No obstante, se verificó una importante dispersión en los incrementos salariales de acuerdo a la correlación de fuerzas con la patronal que mantiene cada gremio”, reconoce el informe.
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