El 30 de enero de 1895 se establece la Sociedad Venezolana de la Cruz Roja, en el marco de los actos del primer centenario del nacimiento del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien fue el héroe de la Independencia venezolana que más se preocupó por humanizar la guerra.
Su creación se debió al deseo de que se cumplieran en nuestro país las previsiones establecidas en la Convención Internacional de Ginebra, reunida en 1864, en la cual se acordaron medidas especiales para la atención de los heridos en guerra y la protección de los cuerpos de socorro. Venezuela se sumó a este acuerdo por decreto del Congreso Nacional y por declaración del Ejecutivo Federal, fechado el 9 de junio de 1894.
on esta nota daremos inicio a la construcción de la historia de la Urb. Lídice, desde el punto de vista de lo que significó la creación de un proyecto totalmente social dirigido a familias de la clase obrera trabajadora residente en el Distrito Federal (1943), historia que consideramos no tiene similares en otras comunidades del país. Iniciando esto con la historia del Dr. CARLOS J. BELLO, nombre dado al dispensario que esta ubicado en el sector El Parque de la Urb. Obrera Municipal Lídice, y que en los actuales momentos (2009) está siendo objeto de trabajos de remodelación para convertirlo en un Centro de Diagnóstico Integral.
El Dr. Carlos J. Bello nació en Valencia el 16 de julio de 1886. Una epidemia de fiebre amarilla en 1905 y otra de peste bubónica en 1908, ocurridas en La Guaira, atrajeron la vocación asistencial del todavía estudiante de medicina. Entre 1910 y 1920 ejerció la medicina en varias ciudades de la región centro-occidental de Venezuela como San Juan de los Morros, Valencia, Villa de Cura, Maracaibo y San Cristóbal. Escribió entre 1918 y 1920 numerosos artículos científicos sobre temas de medicina tropical. Entre 1921 y 1925 desarrolló en Maracaibo y San Cristóbal una dinámica actividad asistencial en los Hospitales Chiquinquirá y San Juan de Dios respectivamente, del último de los cuales fue director.
Ya para 1925 se ubicó definitivamente en Caracas desempeñándose en el Hospital Vargas en funciones sanitarias y asistenciales. Fue Director de Epidemiología de la Dirección de Sanidad Nacional y luego Director de la Sanidad Nacional. Representó a Venezuela en Washington en la primera y segunda Conferencia Panamericana de Directores de Salud. En 1927 fue designado Presidente de la Cruz Roja Venezolana donde se dedicó en cuerpo y alma a la organización de los distintos servicios médicos, de los quirófanos y a la creación del “Cuerpo de Samaritanos de la Cruz Roja”. Murió en Caracas el 20 de febrero de 1933.
En 1936, el instituto fue reinaugurado con la asistencia del entonces presidente de Venezuela general Eleazar López Contreras, posterior a una remodelación, dotación médico-quirúrgica moderna y una reorganización sustantiva de sus servicios acorde a las necesidades de salud de la población. Es entonces cuando maestros cirujanos de la talla del Dr. Manuel Corachán y García, quien vino de España y estuvo en Venezuela entre 1937 y 1941, llevó a cabo labores asistenciales y dejó un legado docente cuya semilla sería recogida por generaciones futuras de maestros cirujanos venezolanos. Asimismo se fueron conformando de manera efectiva Comités y Brigadas Educativas para la creación de la Cruz Roja Venezolana de la Juventud. Para 1938, fueron donados los terrenos contiguos al instituto por los hermanos Vollmer Boulton construyéndose en ellos la Escuela de Enfermeras Profesionales Francisco A. Risquez, inaugurada en su nueva sede en 1949 y que desde 1988 por decreto del entonces presidente de Venezuela Jaime Lusinchi, pasó a ser Colegio Universitario de Enfermería.
El Dr. Carlos J. Bello nació en Valencia el 16 de julio de 1886. Una epidemia de fiebre amarilla en 1905 y otra de peste bubónica en 1908, ocurridas en La Guaira, atrajeron la vocación asistencial del todavía estudiante de medicina. Entre 1910 y 1920 ejerció la medicina en varias ciudades de la región centro-occidental de Venezuela como San Juan de los Morros, Valencia, Villa de Cura, Maracaibo y San Cristóbal. Escribió entre 1918 y 1920 numerosos artículos científicos sobre temas de medicina tropical. Entre 1921 y 1925 desarrolló en Maracaibo y San Cristóbal una dinámica actividad asistencial en los Hospitales Chiquinquirá y San Juan de Dios respectivamente, del último de los cuales fue director.
Ya para 1925 se ubicó definitivamente en Caracas desempeñándose en el Hospital Vargas en funciones sanitarias y asistenciales. Fue Director de Epidemiología de la Dirección de Sanidad Nacional y luego Director de la Sanidad Nacional. Representó a Venezuela en Washington en la primera y segunda Conferencia Panamericana de Directores de Salud. En 1927 fue designado Presidente de la Cruz Roja Venezolana donde se dedicó en cuerpo y alma a la organización de los distintos servicios médicos, de los quirófanos y a la creación del “Cuerpo de Samaritanos de la Cruz Roja”. Murió en Caracas el 20 de febrero de 1933.
En 1936, el instituto fue reinaugurado con la asistencia del entonces presidente de Venezuela general Eleazar López Contreras, posterior a una remodelación, dotación médico-quirúrgica moderna y una reorganización sustantiva de sus servicios acorde a las necesidades de salud de la población. Es entonces cuando maestros cirujanos de la talla del Dr. Manuel Corachán y García, quien vino de España y estuvo en Venezuela entre 1937 y 1941, llevó a cabo labores asistenciales y dejó un legado docente cuya semilla sería recogida por generaciones futuras de maestros cirujanos venezolanos. Asimismo se fueron conformando de manera efectiva Comités y Brigadas Educativas para la creación de la Cruz Roja Venezolana de la Juventud. Para 1938, fueron donados los terrenos contiguos al instituto por los hermanos Vollmer Boulton construyéndose en ellos la Escuela de Enfermeras Profesionales Francisco A. Risquez, inaugurada en su nueva sede en 1949 y que desde 1988 por decreto del entonces presidente de Venezuela Jaime Lusinchi, pasó a ser Colegio Universitario de Enfermería.
En 1940, a instancias del entonces Secretario General de la Cruz Roja Venezolana, Dr. Joel Valencia Parpacén, se propuso que los distintos Departamentos del Instituto se integraran bajo el nombre de Hospital “Carlos J. Bello” como ” un reconocimiento a la preclara figura de uno de los más ilustres y activos presidentes de la institución”, lo cual fue unánimemente aprobado.
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