La actual guerra en Siria no se limita a los conflictos entre las fuerzas gubernamentales y los grupos ‘rebeldes’ y terroristas, sino que involucra a varias otras partes, que persiguen sus propios intereses en el país árabe y han tenido gran influencia en el statu quo.
Estados Unidos, que lidera la llamada coalición contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), ha sido uno de los lados más criticados por su ilegal presencia en Siria y por causar un catástrofe humanitaria, provocando destrucciones y dejando un gran número de muertos y heridos entre los civiles.
Por su parte el régimen de Israel —que en varias ocasiones ha atacado al Ejército sirio— trata de debilitar al Gobierno de Bashar al-Asad y los avances de este en su lucha contra los grupos amados y terroristas, pues está convencido de que Damasco no le permitirá una expansión en el territorio sirio como desea.
Arabia Saudí está bastante preocupada por la influencia de Irán en la región, por lo que, está esforzándose en gran medida por romper la alianza entre Teherán y Damasco. Turquía, a su vez, más que otra cosa teme la creación de un ‘Estado kurdo’ en el norte de Siria.
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