A un nuevo acto de desacato a las autoridades nacionales, instó el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup. Ocurrió este martes cuando, en términos procaces típicos de su estirpe, convocó a desconocer la resolución sobre la prohibición de sobrevolar el territorio nacional hasta el 5 de septiembre, decisión emanada del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac).
En lugar de apoyar la medida dirigida a garantizar la seguridad de la población capitalina, el jefe adeco prefirió alinearse con el desconocimiento a la norma. Invocó, en su lugar, a la actuación contraria.
“Los que tengamos drones los pondremos a volar”, refirió al tiempo que lanzó un “me resbala” esa orden.
Como es del conocimiento público, el 27 de agosto, el Inac informó la prohibición de operar y circular en la modalidad aérea “en el territorio nacional y demás espacios geográficos de la República de las aeronaves clasificadas como de aviación general y privada“. Ello, en virtud de “razones de seguridad del vuelo, interés público o seguridad y defensa”.
Ramos Allup, amplio cotizante a medallista de oro en abuso de poder y autoridad, fue más allá. Aseveró que los drones propiedad suya y de sus cómplices de clase, “los vamos a poner a volar para que hagan tomas panorámicas de la manifestación”, en clara referencia a la movilización que la ultraderecha en la que milita, organiza para el 1° de septiembre, acción que por cierto terminó de perder su esencia este lunes, cuando el Consejo Nacional Electoral informó que la recolección del 20% de firmas que necesita la oposición para activar el referéndum revocatorio, se desarrollaría entre el 24 y el 30 de octubre.
No es la primera vez que el secretario general de Acción Democráticamuestra lo peor de su conducta inconstitucional. Solo en 2016 se cuentan por cantidades las ocasiones en que ha llamado al irrespeto a las instituciones.
En tal sentido, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y otros entes han sido blanco de sus infortunados llamados insurreccionales.
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