INFO: 01.12.2016.- RESUMEN DE OPINIÓN CORTE 6am.

TEMAS ABORDADOS
DIÀLOGO ENTRE GOBIERNO Y OPOSICIÒN
Matriz: Cambio de Gobierno, Ruptura el hilo constitucional, confrontación de poderes.
INFLACIÓN
Matriz: Ineficiencia gubernamental, implementación de malas políticas económica, corrupción.
DERECHOS HUMANOS
Matriz: Violación los derechos humanos, ineficiencia gubernamental en materia de seguridad, doble discurso de la oposición venezolana; disputa en el seno opositor, alternativa político fuera del gobierno y la oposición.
BALANCE GENERAL 
DIÀLOGO ENTRE GOBIERNO Y OPOSICIÒN
El diario El Nacional, publicó un artículo de Humberto Briceño León titulado “Arturo Sosa. Diálogo y Sala Constitucional”, quien recogiendo algunas impresiones del representante de la Congregación General de la Compañía de Jesús Arturo Sosa, destacó que “la urgencia en Venezuela es regresar a la Constitución”. Con el objetivo de resaltar las matrices de cambio de gobierno y la ruptura del hilo constitucional Briceño cree que es necesario restablecer el orden constitución  ya que la Constitución a esta altura se encuentra extraviada y los venezolanos no sabemos ¿quién nos indica el camino de regreso a la Constitución? ¿Cómo sabemos dónde está la Constitución perdida?

INFLACIÓN
Para Dámaso Jiménez, “el Dólar Maduro se tragó al país”, El redactor del artículo señaló que la guerra económica la arrancó el propio Presidente Chávez, con la asesoría castrocomunista de Fidel, desmantelando a PDVSA, destruyendo la industria con sobre ingreso, aplicando expropiaciones, implementando control de cambio, control de precios, acabando con el aparato productivo, utilizando los famosos raspa cupos salvajes, dejando a sus anchas a la corrupción permisiva, irrespetando la propiedad, interviniendo empresas de alimentación, telecomunicaciones, construcción y servicios básicos. Jiménez, puntualizó que el presidente Maduro, continuó el legado de Chávez declarando la guerra al sector productivo y dándole paso a la clase parasitaria.
Ante la falta de Estado y poderes autónomos, Jiménez señaló que se produce una desviación y malversación de los bienes lo cual dejó como resultado la devaluación del bolívar, acción que se han hecho indetenible y que el Estado-Gobierno se niega a reconocer y al no reconocerlo se genera una implosión en el diálogo nacional y en vez de buscar una solución satisfactoria para el país lo que hace aumentar la inflación en un 700% y para el 2017 se estima que este cerca del 2.200%.

DERECHOS HUMANOS
La columnista, Yasmín Núñez, titulo su artículo publicado en el diario El Nacional “¿Por qué en Venezuela los políticos no asumen sus fracasos?”, lo cual busca destacar la disputan entre los dos sectores políticos más importante del país, y como ellos en medio de la confrontación, han perjudicado al país; por una parte el chavismo quién buscaba adueñarse de las riquezas y por otro la oposición que tenía como misión evitar que el chavismo alcanzara su objetivo de arruinar al país, y dejando de un lado los constantes ataques de la que son víctimas los cientos de venezolanos por la inseguridad.

SINTESIS DE ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Arturo Sosa. Diálogo y Sala Constitucional / Humberto Briceño León / El Nacional: El 24 de noviembre de este año, el diario El Nacional recogió unas declaraciones del sacerdote Arturo Sosa, Superior de la Congregación General de la Compañía de Jesús, en las que afirmó: “Desde el punto de vista político la urgencia en Venezuela es regresar a la Constitución; esta debería ser el marco en el que todos nos movamos”.
La declaraciones del calificado jesuita confirman las estrechas relaciones que entre Constitución y Política se producen hoy en Venezuela, destaca el papel de la Constitución en nuestros conflictos, la concibe como guía adecuada para encontrar nuestras soluciones, aconseja reconozcamos genuina y urgentemente su poder para restablecer un orden institucional, y la entiende como límite que fija las fronteras dentro de las cuales debe producirse la acción política. Estoy de acuerdo, la Constitución se encuentra extraviada, pero tenemos aún un problema que resolver ¿quién nos indica el camino de regreso a la Constitución? ¿Cómo sabemos dónde está la Constitución perdida? Arturo, tu consolidada autoridad intelectual y la audiencia universal que hoy tienes contribuyen vigorosamente a que se tome en serio la solución que en mi opinión propusiste implícitamente en tus declaraciones en torno a la designación de una nueva Sala Constitucional que coincide con la que hice en el reciente congreso internacional de Derecho Constitucional que se celebró en la Universidad Monteávila en Caracas. Resalté la interactiva relación que hoy se produce en Venezuela entre Constitución y Política, la argumentación constitucional está presente en nuestro debate político tal vez como nunca antes, reflejo probablemente de la historia que ha acrecentado nuestra madurez política y acentuado la demanda por la realización de los principios republicanos y democráticos.
Creo que la perspectiva del prestigioso jesuita conviene en la necesidad para Venezuela de una nueva y confiable Sala Constitucional en nuestro Tribunal Supremo de Justicia. Hoy podrían dársele respuestas pacíficas, democráticas y constitucionales a la mayoría de nuestros conflictos si nuestros líderes pudiesen percibir la necesidad histórica, práctica y teórica de conformar una nueva Sala Constitucional autónoma e independiente como ordena el artículo 254 de la vigente Constitución Bolivariana de Venezuela. Si los líderes sospechasen que un día pueden clamar por esa imparcialidad y competencia profesionales, si reflejasen el deseo nacional verdaderamente democrático, si atendiesen a la madurez política que creemos haber alcanzado, podría resolverse nuestra crisis política de modo estable. Se requiere un amplio, franco y muy consolidado consenso de los líderes y la sociedad para poder conformar una nueva Sala Constitucional. Debe ser un tribunal al que todos acordemos la garantía de aceptar sus juzgamientos, de elevadísimas competencias profesionales, del cual todos estemos seguros que no responderá mecánicamente en sus sentencias a intereses políticos particulares, partidistas, o de otra índole. Para ello es necesario que los actores fundamentales de la escena política abran los ojos y vean que en nuestro país se incubó un verdadero espíritu democrático que continuó creciendo con vigor a partir de la caída de nuestra última dictadura militar, no admite más el perverso juego que impusieron en nuestras realidades las constituciones nominales, de papel y cosméticas.
Negar esta posibilidad es sostener que la Constitución solo es lo que digan quienes ostentan el poder predominante y circunstancialmente. La historia nos ha demostrado palmariamente que esas relaciones de dominio se transforman, las mayorías cambian, lo que les es hoy favorable mañana no lo será, hoy necesitan un tribunal que les dé la razón pero mañana podrían reclamar imparcialidad y autonomía.
La Mesa de Diálogo no puede desempeñar ni remplazar el papel de la Sala Constitucional, pero sí pueden los ex presidentes de España, República Dominicana, y Panamá, y el Vaticano promover decididamente en la mesa correspondiente la designación de una nueva Sala Constitucional producto de un elevadísimo conceso nacional como solución institucional estable y permanente para Venezuela.
Experiencias de otras naciones descartan la ingenuidad que pudiese atribuírsele a esta propuesta, conflictos de una gravedad comparable con la que vivimos en Venezuela han sido resueltos por tribunales constitucionales alrededor del mundo y sus sentencias han sido acatadas con respeto por el conjunto de la sociedad. Divergencias extremadamente sensibles política y socialmente han sido objeto de sentencias como la que emitió la Corte Suprema de Canadá en 1998 al impedir la posibilidad de que es país se partiera en dos, correspondiente a una situación similar es la que dicto la Corte Constitucional de España en el 2015 que interrumpió el proceso de separación de la Comunidad Autónoma de Cataluña, o la de la Corte Constitucional de Colombia en el 2010 que negó una posible tercera elección del Presidente, y entre otras muchas también la de la Corte Suprema de la India en 1980 que detuvo los intentos de Indira Gandhi de suprimir los poderes de la Corte para anular enmiendas constitucionales. El solo ejemplo de nuestro país sería suficiente para demostrar el importantísimo rol que puede jugar un juez constitucional en un difícil conflicto político, en efecto nuestra Corte Suprema de Justicia resolvió la complejísima y severa controversia en torno a la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente no prevista y prohibida por la entonces Constitución de 1961, así el 19 Enero de 1999 autorizó su convocatoria favoreciendo al oficialismo. Una renovada Sala Constitucional es una solución realista, se compadece con la intensa interactividad que hoy se produce en nuestro país entre Constitución y Política, así nos enseñan experiencias de naciones como Colombia, Canadá, España y la India, y sería una sólida garantía para preservar la democracia.

El dólar Maduro se tragó el país / Dámaso Jiménez / El Nacional: Si los científicos del futuro quisieran investigar alguna vez cómo un país ubicado en plena autopista de la modernidad a las puertas del siglo XXI, gracias a la bonanza petrolera que le permitió mover buena parte del mundo, termina súbitamente rebuscando sobras de comida entre la basura, con un cuadro viral de escasez, hiperinflación, miseria y muerte; tendrían que tropezar con las terquedades absurdas del populismo militar que sostuvo a Chávez y ahora a Maduro, pasando por los bemoles del narcotráfico y la corrupción más recalcitrante, hasta intentar entender un fenómeno desesperante que quebró la economía de 30 millones de venezolanos minuto a minuto.
Fueron las políticas económicas perversas impuestas para mantener a toda costa una ideología en el poder, según música y letra del decorativo vicepresidente Aristóbulo Istúriz.
La guerra económica la arrancó de imprevisto Chávez con la asesoría castrocomunista de Fidel: desmantelamiento de Pdvsa, entrega de petróleo para aliados ideológicos del continente, destrucción de la industria con sobreingreso de personal no capacitado con fines clientelares del partido,expropiación de fincas, ley de tierras, control de cambio, control de precios, desmantelamiento del aparato productivo,raspacupos salvajes, corrupción permisiva en su entorno,irrespeto por la propiedad, intervención de empresasconsideradas sectores estratégicos como la alimentación,telecomunicaciones, construcción y servicios básicos.
Maduro continuó su legado declarando la guerra al sector productivo y a los emprendedores. En su primera alocución negó cualquier acceso a las divisas que declaró prácticamente suyas y de un grupito en el poder. Los dólares del país fueron secuestrados de forma absoluta por el gobierno.
El dólar Maduro que aún lo mantiene atornillado al poder, debía preservar esa plaga de brokers de maletín que ya habían desfalcado el país la temible suma de 25.000 millones de dólares a través de la desaparecida Cadivi. Ningún dólar se movió en el país sin su consentimiento y raqueta.

De allí surgió la clase parásita que vive en una burbuja de esplendor gracias a las únicas divisas posibles que adquieren de forma irrisoria a 10 bolívares destinadas para importar medicinas y alimentos fantasmas que no existen pero terminaron convertidas en grandes fortunas, lavando una vida gansteril llena de ferraris, yates, prostitutas de lujo y juegos peligrosos en el mundo del narcotráfico.
Entre otros lujos el alcalde del CNE, Jorge Rodríguez, se permite uno bastante costoso. El de burlarse de todos los venezolanos cuando intenta responsabilizar a un ente externo como una página web de la forma como ha sido desangrada la economía venezolana.
En el país todos saben que la arremetida feroz contra el bolívar proviene del sector que tiene acceso a los escasos dólares por concepto de la venta de petróleo y que, a falta de Estado y poderes autónomos, son desviados y malversados en esos negocios turbios, mientras prenden la maquinita de hacer billetes con la efigie de los próceres de la independencia sin respaldo que lo sostenga.
Los bolívares se devalúan cada minuto en una hemorragia indetenible que el Estado-gobierno se niega en reconocer. Nadie los quiere, no significan nada en ningún mercado. El enchufismo chavista hizo un mal cálculo creyendo que solo los petrodólares salvan, pensaron que no había caída de precios ni crisis que pusieran en peligro su estabilidad. Pero ninguna dictadura se sostiene con hambre.
Por otra parte, el país no logra recuperar la confianza en un diálogo de sordos que ignora el costo del malestar que existe en la calle. Cada día somos más pobres mientras Maduro espera bailar hasta el 2020 institucionalizando la frustración de un diálogo implosionado.
En 18 años el gobierno eliminó la productividad y ocultó la destrucción del país con un gasto público exagerado, imposible de financiar con el actual déficit gigantesco. Estos lodos son consecuencia de aquellos polvos irresponsables en el manejo de una economía basada en la caja chica de una Pdvsa destruida y un BCV delictivo.
Cada fin de año de su insufrible gestión Maduro anuncia que tomará las riendas de la economía y acabará con el modelo rentista del petróleo y cada vez la situación se pone peor.
Hemos pasado de una inflación en el 2015 de 180%, a un cierre del 2016 superior al 700%, con posibilidades de que hagamos crack en toda la nación con un 2.200% de hiperinflación para el 2017, cifras de estudio para otros gobiernos aportadas por el FMI de mantenerse este modelo inviable y contraproducente que discrimina el interés general por la arrogancia de unos pocos que consideran que no existe democracia posible que les arrebate el poder. Esto está feo hermano.

¿Por qué en Venezuela los políticos no asumen sus fracasos? / Yasmín Núñez / El Nacional: Si el objetivo del chavismo era destruir a Venezuela para adueñarse de nuestras riquezas con el propósito de convertirse en una nueva élite de multimillonarios, habrá que reconocer que lo lograron sin que eso signifique que nos resignemos, pues ya llegará el día en que los venezolanos podamos cobrar esa destrucción, no por la vía de la venganza, sino por la senda de la justicia que, aunque llegue tarde para algunos, igual llegará.
Si la misión de la oposición era evitar que el chavismo alcanzara su objetivo de arruinar al país, tendremos que reconocer que fracasó sin que importen las causas: ignorancia, impericia, intencionalidad, complicidad o la suma de todos estos factores a la vez.
Todo fracaso exige una renuncia, pero lejos de renunciar la oposición siempre tiene activada una batería de excusas. Si se pierde una elección “crucial”, la culpa es de la gente que no salió a votar; si se abre la opción de demostrar el fraude o de poner al régimen contra las cuerdas, entonces no hacen nada porque hay que evitar a toda costa un “baño de sangre”. Aquí no entran las matanzas en el arco minero, las recientesmasacres de Cariaco y Barlovento, ni las ciento de miles de vidas de venezolanos y extranjeros que se han perdido en manos del hampa generalizada en todo el país.
En honor a la verdad, esta oposición no nos ha engañado del todo, porque siempre nos ha dicho que su única propuesta es la vía electoral, aunque resulta contradictorio que habiendo apostado por esta única opción, hayan dejado morir el canal más expedito para lograr un cambio pacífico y sin baño de sangre: el referéndum revocatorio.
Si la agenda de esta mesa de diálogo hubiera tenido como punto obligatorio la celebración del RR este año, la gente la hubiera apoyado. El resultado fue todo lo contrario: entregaron el RR, y la respuesta a ello es que Carlos Ocariz piensa recorrer el país del 30 de noviembre hasta el 4 de diciembre, con el fin de “recolectar millones de voluntades”, me imagino que para celebrar a lo grande el funeral del RR, al cual, por cierto, le eligieron un epitafio muy gracioso: “#YoQuieroVotar”.
Hasta ahora hemos visto como fruto del diálogo: la entrega de la mayoría de la AN aceptando un fraude que no se cometió; elreconocimiento de una guerra económica de la cual somos víctimas y no coautores, y la promesa, sin fecha, de cederle a la oposición un rector del Poder Electoral, y que el TSJ no siga vapuleando a un Parlamento ya moribundo.
Ni con un buen maquillaje esta dirigencia opositora, sentada en esta “supuesta mesa de diálogo”, puede convencernos de haber ganado algo. Si tuvieran dignidad ya habrían renunciado.
Pero ¿por qué no renuncian? Porque estos políticos conocen nuestras debilidades, saben que los venezolanos somos cómodos, pasivos, y que eso de salir a la calle a luchar por nuestros derechos y garantías constitucionales no va con nuestro alegre estilo de vida, y saben, además, que nadie va a exigirles cuentas o a cuestionar sus fracasos. Por eso se incomodan tanto con las redes sociales y tildan de divisionistas o de guerreros del teclado, con justificada razón, a quienes están comenzando a cuestionar la idoneidad de esta oposición.
Pero ya no hay excusas para seguir aceptando los fracasos acumulados de esta dirigencia opositora, porque el hambre y la situación económica sacaron a la mayoría de los venezolanos de sus zonas de confort.
Esta situación apremiante que vive el país está comenzando a dar cabida a un cuestionamiento interno en el lado opositor. Por un lado, vemos al diputado Juan Guaidó exigiendo un cambio de estrategias en la Unidad y, por el otro lado, tenemos al diputado Ángel Medina que se resiste a aceptar su reestructuración, y plantea un “debate a lo interno, no a la luz pública”. Ambas posturas reflejan las dos tendencias que conviven hoy en la Unidad; sin embargo, es bueno que tomen en cuenta que ya no es posible debatir a puertas cerradas porque la gente exige transparencia; hay urgencia de ver un relevo de la actual clase opositora, pero de cara al país, y no decidido en una “encerrona de cogollos” como ha sido hasta ahora.
Si esta “Unidad” insiste en convertirse en una de las caras de un bipartidismo que debió morir en diciembre de 1998 y no permite una renovación del liderazgo opositor, la gente les pasará por encima y encontrará una tercera vía que sea verdaderamente representativa de lo que clama a gritos la calle: Un cambio de rumbo.
Debemos tomar conciencia que el cambio no nos caerá del cielo. Hay que asumir el compromiso de trabajar para conquistarlo; en caso contrario, seguiremos cosechando decepciones, desesperanzas y cargando con esta dirigencia opositora que pretende arrearnos hasta las próximas “elecciones cruciales” cantando, en medio de esta hambruna atroz, esa cancioncita pegajosa que utiliza en sus campañas electorales y cuyo coro dice: “Viene ya, lo bueno viene ya”.

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