A Delcy Rodríguez no solo le impidieron participar de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur. También fue golpeada en el antebrazo derecho y un médico debió inmovilizarle la zona atacada.
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• En un hecho inédito para la diplomacia internacional, fuerzas de seguridad de la Argentina forcejaron con la canciller venezolana y la golpearon en el antebrazo derecho con tal fuerza que un médico debió inmovilizarle el brazo. La agresión a Delcy Rodríguez fue cometida nada menos que a la entrada del Palacio San Martín, la sede histórica del Ministerio de Relaciones Exteriores.
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El 2 de diciembre último Venezuela fue suspendida como miembro pleno del Mercosur porque según dijeron públicamente los otros cuatro socios del bloque (la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) no se había adaptado totalmente a las normas internas del mercado común.
Al gobierno de Nicolás Maduro le tocaba justamente la presidencia pro tempore, que rota entre los integrantes del Mercosur cada seis meses. Pero el resto de los socios se la birlaron con un argumento de apariencia técnica que podría estar en la superficie de un conflicto mayor: las diferencias de apreciación internacional entre Venezuela, por un lado, y por otro los gobiernos de Mauricio Macri, Michel Temer y Horacio Cartés. El uruguayo Tabaré Vázquez tuvo una posición inicial de respeto por Venezuela y luego terminó sumándose al resto.
Macri incluso comenzó enarbolando la situación interna de Venezuela como bandera de derechos humanos y a principios de su gestión pidió la separación de Caracas del bloque.
Como los cuatro miembros menos Venezuela habían programado un encuentro a nivel de cancilleres para ayer al mediodía, la ministra venezolana decidió venir a Buenos Aires y presentarse. No fue un operativo sorpresa. Antes lo anunció.
Ayer a la mañana, acompañada por su colega boliviano David Choquehuanca, que tiene voz pero no voto en el Mercosur, Rodríguez llegó hasta el edificio donde funcionan las oficinas de la Cancillería, en Esmeralda y Arenales.
La acompañaban, entre otros, el vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, el mendocino del Frente para la Victoria Guillermo Carmona, y el ex embajador en Bolivia y vicepresidente de Nuevo Encuentro Ariel Basteiro.
Miembros de la comitiva dijeron a Página/12 que en un principio no pudo entrar a la Cancillería pero que la intervención del canciller de Evo Morales le abrió el paso.
Se entrevistó brevemente con su colega argentina Susana Malcorra. A esa altura Delcy Rodríguez ya tenía en su poder una carta de Malcorra con fecha de ayer. Estaba encabezada como “señora ministra” y tenía el agregado manuscrito de “estimada Daisy”. Dice uno de los párrafos del texto: “Al haberse dispuesto el ceso del ejercicio de los derechos inherentes a la condición de Estado Parte del Mercosur de la República Bolivariana de Venezuela, no será posible su participación en la XI Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común del Mercosur”.
Rodríguez intentó participar de la reunión a nivel técnico que se realizaba en el décimo piso de la Cancillería. No la dejaron pasar. Sí le permitían la entrada a Choquehuanca pero el canciller boliviano decidió no entrar en solidaridad con la ministra. Por Bolivia participó solamente el viceministro de Comercio Exterior.
A las 11 y media de la mañana Choquehuanca y Delcy Rodríguez llegaron hasta la planta baja y trataron de cruzar Esmeralda para entrar por la puerta principal del Palacio San Martín, que está en Arenales entre Esmeralda y Maipú. No pudieron. Ante el anuncio de manifestaciones solidarias con Venezuela el Gobierno había montado un fuerte dispositivo de seguridad. Y los responsables del dispositivo no repararon en quién estaba delante. Choquehuanca debió gritarle a un policía que frenase los ataques. Delcy Rodríguez recibió un golpe muy fuerte pese a los intentos de protegerlos a ambos por parte de Basteiro y Carmona. Carmona relató a Página/12 que debió exhibir su credencial de diputado y levantar la voz en medio del tumulto creado por la policía.
La protesta del ex embajador y del diputado y la actuación del embajador de Venezuela Carlos Martínez Mendoza permitieron que el cordón policial dejase traspasar la barrera a los cancilleres. La cruzaron acompañados por Carmona. Ya dentro del Palacio San Martín, en la planta baja, se produjo un diálogo entre la canciller venezolana y un funcionario de la Cancillería al que Carmona no pudo identificar.
“Ustedes son golpistas”, narró Carmona que dijo Rodríguez.
“Sí, señora, somos golpistas, pero usted acá no puede entrar”, dijo el funcionario según recordó Carmona a este diario.
Al final entró. Tanto ella como Choquehuanca, siempre acompañados por Carmona, fueron llevados hasta un salón donde estaban todas las banderas de los países del Mercosur. La suposición es que allí estaba programada la reunión de los cancilleres, que debía realizarse a las 12 pero sin la presencia de la ministra venezolana.
Cuando llevaban unos minutos esperando, Choquehuanca y Rodríguez vieron con asombro que empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores comenzaban a llevarse las banderas, hasta dejar la sala pelada.
Dedujeron que no había otro juego de banderas y que preparaban un sitio distinto para la reunión del Mercosur.
“El gobierno que habla tanto de la grieta está creando una grieta peligrosa para todos nuestros países, que es la grieta sudamericana”, dijo Carmona a Página/12.
El embajador venezolano repudió los golpes contra su ministra y afirmó a este diario que “se trata de una nueva muestra de intolerancia política ante la República Bolivariana de Venezuela, con la gravedad añadida de que la propia canciller fue golpeada y debió recibir atención médica”.
Agregó que Venezuela “cumplió con el 95 por ciento del proceso de incorporación de normas del Mercosur a su régimen legal interno, y lo hizo proporcionalmente más rápido que los otros cuatro países, porque se adecuó en solo cuatro años, lo cual muestra la voluntad de integración”.
Un documento de Venezuela al que tuvo acceso Página/12 indica que Caracas adoptó un total de 1224 normas del Mercosur y que le resta adoptar y notificar solo el 8 por ciento del total.
Resalta el documento que Venezuela también se incorporó al Focem, el fondo del Mercosur que funciona como instrumento de compensación para los países más débiles, Paraguay y Uruguay. Otro de los puntos nodales que cumplió fue la adhesión al arancel externo común.
En medio de esta crisis que escaló hasta la agresión física, a las 16.45 de ayer se conoció la noticia de que la Reserva Federal de los Estados Unidos subirá por segunda vez desde 2008 la tasa de interés de referencia. Voceros de la Fed dijeron a The New York Times que estiman tres subas más en 2017. Los países que se endeuden pagarán más caro el dinero que tomen prestado. El diluvio de golpes llegó antes que la lluvia de inversiones.
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