París, 10 de julio de 2016.- La selección de Fernando Santos derrotó a Francia (1-0) con un gol del delantero suplente en la segunda parte del tiempo extra y toco la gloria en París. A Gignac, el recambio de Giroud, se le escapó en el palo derecho de la meta de Rui Patricio, donde estrelló el balón en el último minuto del descuento.
Sin su líder, Cristiano Ronaldo, desde las primeras de cambio, con poco fútbol pero con un gran portero, Rui Patricio, que les llevó a la prórroga, Cristiano no quería irse, no quería creer que fuera verdad, pero entre lágrimas y después de un par de intentos de continuar, no tuvo más remedio que asumir que la final había terminado para él. El líder portugués se retiró en camilla en el minuto 24 después de que un duro golpe de Payet le doblara la rodilla la izquierda.
Griezmann, el homólogo de Cristiano en Francia, sí que estuvo, pero apenas se le vio. Dos cabezazos, uno salvado milagrosamente por Rui Patricio y otro desviado, fueron su gran aportación.
Con Cristiano en los vestuarios y Griezmann desaparecido, el guardameta luso fue el gran protagonista. Rui Patricio, con un repertorio de grandes intervenciones, mantuvo a Portugal en la final. Salvó ante Griezmann primero y después dejó sin gloria a Giroud y Sissoko, un pulmón con escaso fútbol convertido en el mejor jugador de Francia.
Así fue trascurriendo un partido insulso con algunos fogonazos. El más importante de Portugal lo dio Quaresma con un remate acrobático que detuvo Lloris. Francia tuvo más. Griezmann, en dos ocasiones, y Giroud con un remate cruzado, pudieron ser eternos de no ser por Rui Patricio, que paró todo. A la única que no llegó, le ayudó la madera. Con ella se topó Gignac en el minuto 93 después de bailar y dejar en el suelo a Pepe.
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