Para el día de hoy El Editorial de El Nacional, exaltó, las protestas
protagonizadas por supuestos jóvenes que tienen como objetivo lograr la
salida del Jefe de Estado, Nicolás Maduro. El medio resaltó la importancia
de mantenerse en las calles, para rescatar la economía, la inseguridad y
acabar con lo que ellos califican cómo gobierno corrupto e impregnado de
narcotráfico, cuyos días ya están contados para su salida. El diario hizo
una invitación al pueblo a asistir el próximo 16 de julio a participar en lo
que han denominado el plebiscito, por la libertad, por los hijos, padres, por
la inseguridad.
En este mismo sentido y tratando de tocar la fibras sensibles de los
lectores para ver si se activa el detonante, que pueda arrojar como
resultado la salida del gobierno del Presidente Nicolás Maduro, Mitzy
Capriles de Ledezma, coloca el 16 de julio como el epicentro de su
detonación, porque a su juicio ese día se tendrá que echar el resto si
realmente se quiere una Venezuela libre y democrática.
Entre tanto y esperando obtener buenos resultados para el próximo 16 de
julio El doctor en ciencias política, Ángel Oropeza espera que esto se
traduzca en la mayor presión social en contra del gobierno del Presidente
Maduro,
Así mismo la articulista, María Yanes, descalificó los actos
conmemorativos del pasado 5 de Julio, asegurando que quedará en la
historia como un día doloroso, porque en vez de ser un acto donde el
pueblo fuera protagonista, lo que se hizo fue rendirle pleitesía a un
gobernante a través de una desfile Militar.
EXTRACTOS DE ARTÍCULOS OPINIÓN
Editorial / La resistencia continúa / El Nacional
Más allá de las especulaciones y de los rumores, aupados por la contrapropaganda del
oficialismo, la resistencia democrática continúa fortaleciéndose en la misma medida en que
hace presencia dura y pura en las calles, en las instituciones arrebatadas al militarismo
madurista y, por supuesto, al crimen organizado y el narcotráfico.
De esto último no queda duda que es la gran amenaza que pervierte no solo el equilibrio de
la democracia, sino el rescate de nuestra descalabrada economía y de la necesaria derrota
de la inseguridad que reina en la actualidad.
Decir narcotráfico es decir crimen y muerte, corrupción y perversión de nuestra juventud y de
la vida diaria. Lamentablemente, el narcotráfico ha penetrado en ciertos sectores del Estado
que antes eran una garantía de seguridad como la policía, la Guardia Nacional, el Ejército y
se han ido aliando con los líderes oficialistas y sus familiares y amistades.
Que los sobrinos de la pareja presidencial estén bajo proceso en Estados Unidos, que por los
aeropuertos militarizados salgan los cargamentos de droga, que por los puertos de embarque
de los tanqueros petroleros se envíe cocaína al exterior no es más que una parte de la
tragedia que sufre un pueblo cansado de que lo engañen y le mientan.
De allí que los sectores democráticos tienen una gran tarea que cumplir si en verdad se
quiere restablecer la tranquilidad y la paz en nuestro martirizado país. No es una tarea que
resulta fácil porque los intereses del crimen organizado son transnacionales y aún más
peligrosos porque no soltarán esta mina de dinero que nunca pensaron poseer. Han tenido la
suerte de conseguir un pichón de dictador escaso de meninges, además de torpe e inepto en
sus reacciones y actuaciones.
¿Por qué tratamos este tema cuando la calle arde y los jóvenes se sacrifican cada semana?
Porque el fin se avecina y el país debe limpiar las malas hierbas para que el campo pueda
ser sembrado de nuevo. Partamos de una idea inicial escasamente simpática, pero que es
una realidad inevitable: este país no lo podemos reconstruir solos.
Ya esta forma de socialismo miserable y demacrado está boqueando en Cuba, un país
menesteroso que ha perdido su orgullo político, su estética revolucionaria y que, por ello,
debe sentarse en una esquina a esperar que una nación dadivosa le coloque en la mano una
limosna. Pero ya Venezuela no puede porque debe ocuparse de su propia gente, que
mantiene su orgullo pero pasa hambre.
Si los venezolanos que hoy nos acompañan en las marchas democráticas, sean del partido
que sean, no entienden que no podemos escoger la ruta del hambre, de la pobreza, del
crimen, del narcotráfico y, lo que más dolor nos da, que nuestras jóvenes acicateadas por el
hambre y la miseria se conviertan en “jineteras” de un turismo que vive de viejos pervertidos
llegados del exterior, entonces estamos perdidos para siempre.
¿Es necesario decir, a estas alturas, que podemos alejar ese futuro si acudimos a votar este
glorioso domingo 16 de julio por la libertad, por nuestras hijas, por nuestros padres y su
merecida vejez tranquila, por nuestros vecinos que viven asustados por el hampa y la policía,
por los niños que mueren abandonados de toda esperanza mientras un presidente tonto baila
para hacer creer que somos felices?
RESUMEN DE OPINIÓN
3
María Yanes / Un 5 de julio inédito y lastimoso / El Nacional
El pasado 5 de julio, día en que celebramos nuestra independencia, pasó a ser una de las
fechas más tristes e inéditas de nuestra historia contemporánea. Los venezolanos, en su
gran mayoría, nos sentimos en la obligación de alzar nuestras voces llenas de rabia e
impotencia producto de esta situación que ha generado en la más grave crisis política,
económica y social con el dominio de un pequeño grupo que se ha apoderado de nuestra
querida patria, blindados por fuerzas paramilitares que sin el menor escrúpulo amenazan y
agreden la integridad física de los ciudadanos venezolanos, tanto así que en muchos casos
han llegado al extremo de haber ocasionado la pérdida de vidas valiosas e inocentes que
solo cumplían con el deber patrio de rescatar la libertad y la democracia, prácticamente
perdidas y robadas por estos “gobernantes“ inescrupulosos.
La fecha más conmemorativa en la historia republicana de Venezuela es cuando se declara
la independencia absoluta de la monarquía española. El 5 de Julio de 1811. A 206 años de
aquel acto tan memorable y significativo, vemos con absoluto asombro cómo esa
independencia alcanzada de manera tan gloriosa puede incluso perderse por este régimen
que, en mala hora, se instaló para conducir de manera arbitraria el destino de todos los
venezolanos.
Tal como lo manifestó Inés Quintero, historiadora de gran trayectoria, en el brillante discurso
que ofreció en aquel acto protocolar y de gran respeto que se llevó a cabo en el Palacio
Federal Legislativo de la Asamblea Nacional con motivo de tan magna celebración: “La
declaración de la independencia, además de convertirnos en un Estado libre, soberano e
independiente de la corona española, tuvo una implicación y trascendencia que va más allá
de lo que significó en aquel momento romper el vínculo de sumisión con la monarquía
española”. Complementando lo dicho, destaca también: “A partir de esa resolución quedaba
ese Estado en libertad de darse el gobierno que fuese conforme a la voluntad de los
pueblos“.
De una gran importancia y relevancia lo expresado en estos párrafos de ese gran discurso, lo
cual es el reflejo de lo establecido en nuestra gloriosa Acta de Independencia del 5 de Julio
de 1811. Por lo que se deduce que la base de la legitimidad de cualquier autoridad o mando
reside en el pueblo soberano y es el que decide la permanencia o no de un determinado
gobierno “Mediante el sufragio por los órganos que ejercen el Poder Público “como lo
establece el Art. 5 de la Constitución vigente. Posterior a dicho acto vimos con absoluto
horror cómo las hordas violentas y avaladas por el régimen rodearon e ingresaron en los
recintos de la AN, quebrantando la soberanía y legitimidad que el pueblo otorgó a dicho
Poder Público hace dos años.
Más allá de eso, desbordaron todo su odio y violencia arriesgando la integridad física de
diputados, invitados y de todos los presentes en esa solemne conmemoración. Este asalto
perpetrado al Poder Público, que posee el aval del pueblo venezolano, refleja la barbarie que
reviste a quienes desean perpetuarse en el poder mediante una asamblea nacional
constituyente fraudulenta de origen y bajo la celebración de una votación que no tiene los
requerimientos constitucionales, además bajo la amenaza descarada a todo aquel que
trabaje en la administración pública de tener que votar por esta aberración ilegal, con la lista
de nómina en mano, contrariando así todos los principios de transparencia y legalidad que
debe tener toda elección, además de ser apoyada por poderes públicos usurpadores y
sumisos al régimen, que ya conocemos.
Los hechos de violencia por estas hordas ocurren luego de la visita silenciosa y sorpresiva
del vicepresidente de la República acompañado del tren ejecutivo, ingresando al recinto en el
que se encuentra el Acta de Independencia. Resaltamos sus palabras en relación con esta
RESUMEN DE OPINIÓN
4
toma temporal del Poder Legislativo: “Estamos en las instalaciones de un poder del Estado
que ha sido secuestrado, que traicionó a Bolívar y a su causa”. A su vez, remata con esto:
“La constituyente abrirá los pasos para la independencia del siglo XXI”. En respuesta a esto,
la AN es el poder que más ha sustentado su legitimidad por el voto. En segundo lugar, del
yugo español se pasará a consolidar el yugo cubano con el consentimiento de esta inaudita
ANC.
Nos preguntamos: ¿cuál independencia? El 5 de julio de 2017 quedará en la memoria de los
venezolanos como un día doloroso producto de una pesadilla, de la cual saldremos y que
está prohibido repetirse. Ojalá el próximo año sea una celebración cívica con el pueblo de
protagonista y no rindiéndole pleitesía a un gobernante a través de un desfile militar.
El próximo 16 tenemos un reto. Consolidar lo establecido en nuestra gloriosa Acta de
Independencia y rescatar los principios democráticos de Venezuela que están en grave
riesgo, aún más por una dictadura comunista.
Ángel Oropeza / ¿Qué se busca el 16? / El Nacional
Levantemos la vista. En lo social, Venezuela no hace otra cosa que dirigirse aceleradamente
al despeñadero. El escenario cotidiano de los venezolanos se agrava con el paso de los días,
en una desesperante lucha por la supervivencia. En lo político, la dictadura ya ha enseñado,
para quienes no lo habían visto, su rostro cada vez más represivo y sanguinario, como
corresponde a su esencia estructural gorilista. Esa aberrante combinación conforma el
mundo en que hoy los venezolanos existimos y nos movemos.
Frente a este deterioro terrible y acelerado de ambos escenarios, el social y el político, al
país le quedaban dos alternativas: o aceptaba con resignación cómo lo que una vez fue
Venezuela se convertía en el feudo privado de unos pocos, a quienes les mueve el único fin
de preservar sus beneficios a cambio del sufrimiento de todo un país, o hacía honor a la letra
de su Himno Nacional, y enfrentaba esto con la valentía y firmeza del bravo pueblo
venezolano. Para honra y orgullo de todos, queda claro cuál fue la decisión.
En una reacción que va mucho más allá de la dirigencia política, los venezolanos han dicho
basta y han decidido no dejarse robar su país.
En concordancia con esa exigencia nacional, la Unidad Democrática, como representación
política organizada del pueblo venezolano, y la Asamblea Nacional, como poder público que
representa la soberanía popular, han obedecido el exhorto realizado por los distintos sectores
sociales del país y han llamado este domingo 16 a una jornada histórica, en la que se
convoca a todo el país a que decida, libre y soberanamente, qué hacer ante el fraude
constituyente del régimen madurista, qué exigencia le hace a los funcionarios y
particularmente a la Fuerza Armada Nacional, y el camino que se debe tomar para restituir el
orden constitucional quebrantado.
La consulta popular del próximo domingo es un punto crucial de inflexión en esta larga lucha
contra la dictadura madurista y busca fundamentalmente tres cosas: la primera, lograr ese
día la mayor presión social que conozca la historia venezolana sobre un régimen ilegítimo,
lanzando a la calle a millones de compatriotas en todo el país, en un objetivo que abriga cual
bandera común a todos los venezolanos, sin distingo de su ideología política o identificación
partidista, que es la defensa de la patria amenazada.
El segundo objetivo es enviar un mensaje contundente e irrefutable de la decisión de los
venezolanos por defender el pacto social que constituye nuestra actual Constitución. En ella
cabemos todos. En el fraudulento invento constituyente de Maduro cabe solo él.
Finalmente, el tercer objetivo es lograr una legitimación popular lo más amplia, diversa y
categórica posible, para poder activar la fase superior de lucha, que ocurrirá si Maduro no
RESUMEN DE OPINIÓN
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retira su propuesta de fraude constituyente e insiste en su propósito de destrucción de la
República. En el documento suscrito por los distintos sectores sociales del país, en el que se
solicita se convoque el Proceso Nacional de Decisión Soberana, amparados en lo
establecido en los artículos 5, 62, 70 y 187 de nuestra carta magna, hay un llamado a que
Maduro considere el enorme rechazo que tiene su fraude constituyente en las bases
populares, a que considere a cada uno de los muertos que hoy pesan sobre su proyecto
político y proceda a retirar su propuesta. Pero se le advierte que es el pueblo entero quien se
lo demanda y, si se mantiene en su empeño totalitario, será el pueblo entero quien se lo
cobre. En otras palabras, si Maduro decide ignorar este llamado, la advertencia es que se
arriesga a que la fuerza poderosa del pueblo venezolano decida reclamar sus derechos
como lo ha hecho cada vez que un tirano ha pretendido oponerse a sus deseos legítimos de
libertad.
El éxito del 16 dependerá fundamentalmente de la participación masiva y valiente de todos.
Como corresponde a toda lucha contra un régimen tiránico, no hay garantías. La única
garantía hoy es que, si fallamos, nos roben el país.
Mitzy Capriles de Ledezma / Por un destino libre y democrático / El Nacional
Se asegura que la historia no se repite igual en diferentes tiempos, pero sí encontramos
referencias que se van atando en cada ciclo. Un acontecimiento –si se quiere– reciente
desencadenó lo que se conocería en todo el mundo como la Primavera Árabe. El detonante
de una cascada de manifestaciones se ubicó en la ciudad de Túnez, donde un minorista
ambulante (Mohamed Bouazizi) fue robado por la policía y en protesta se prendió fuego. Ante
semejante inmolación muchos tunecinos se estremecieron y condenaron las pésimas
condiciones a las que el país estaba sometido, lo que originó un efecto dominó en el resto de
las naciones árabes. La muerte de un solo ser humano bastó para que una inmensa legión
de mujeres y hombres echaran del poder a Zine el Abidine Ben Ali, quien desde 1987
gobernaba Túnez con un régimen calificado de autoritario. Los tunecinos, ante la tragedia
personal de Bouazizi, salieron a protestar contra Ben Ali.
Otro suceso quedó registrado en los anales de la historia como “El despertar de la Francia”.
Se trató de un movimiento encabezado por los estudiantes, al cual se le sumó la clase
obrera, con la finalidad de alcanzar requerimientos estudiantiles y socioeconómicos,
cimentados en que el “imperialismo fascista de la URSS stalinista” había martirizado por más
de 10 años a toda una generación de estudiantes e intelectuales librepensadores, y que la
clase obrera estaba oprimida y aprovechada por los delirios de un hombre.
Pero luego no fueron estudiantes y obreros, sino militares los que abanderaron la
denominada Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974, que incitó el desplome de la
dictadura de Oliveira Salazar, que sometía a Portugal desde 1926. El fin de este régimen,
conocido como Estado Novo, restituyó la democracia en el país luso y permitió que las
últimas colonias portuguesas conquistaran su independencia en poco más de año y medio.
En Venezuela, tal como había sido en el Mayo Francés de 1968, la huelga universitaria
estuvo precedida por la que habían suscitado los estudiantes de los liceos Fermín Toro,
Aplicación, Juan Vicente González, Andrés Bello, Luis Razetti, Caracas y la Escuela Normal
Miguel Antonio Caro. Nos referimos a la inolvidable jornada de protesta estudiantil del 21 de
noviembre de 1957 contra la dictadura perezjimenista. Tal vez esos muchachos se inspiraron
en las jornadas de los jóvenes que habían dejado en el rostro de la historia de ese siglo, la
llamada Generación del 28, arriesgándolo todo para enfrentar la tiranía de Juan Vicente
Gómez. Pues bien, hoy están otra vez en la vanguardia los estudiantes y con ellos todo el
pueblo.
RESUMEN DE OPINIÓN
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Lo que se ha visto en las calles del país es a la familia entera, desde los abuelos hasta los
adolescentes, que lo poco que han vivido no es más que una desdicha de la que quieren
salir; liberar a su patria de esta tiranía que pretende apropiarse del país y, por ende, de sus
recursos para su propio beneficio. Esa es la razón de ser de las marchas, los plantones, los
trancazos, las vigilias y la gran consulta nacional que haremos el 16 de julio como epicentro
de la Hora Cero que activamos para echar el resto en la defensa de nuestro destino libre y
democrático
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