Resumen Latinoamericano/ 12 de julio 2017.-
La condena de Luiz Ignácio Lula da Silva, sin pruebas, a nueve años y seis meses de prisión, es un escarnio. Una flagrante injusticia y un absurdo jurídico que avergüenza a Brasil. Lula es inocente y esa condena hiere profundamente la democracia.
Sin pruebas, cumplen un camino pautado por sectores de las grandes empresas. Hace años, Lula, el presidente de la República más popular en la historia del país y uno de los más importantes estadistas del mundo en el siglo 21, viene sufriendo una persecución sin cuartel.
Hoy, con indignación asistimos a la aprobación por el Senado del fin del Contrato de Trabajo. Una monumental pérdida para los trabajadores brasileños
Ahora, asistimos a esa ignominia que está siendo ejercida contra el expresidente Lula con el objetivo de coartar sus derechos políticos.
El país no puede aceptar más este paso en dirección de un estado de excepción. Las garras de los golpistas intentan rasgar la historia de un héroe del pueblo brasileño. No lo conseguirán.
Lula es inocente. El pueblo brasileño sabrá democráticamente demostrarlo en 2018.
Resistiremos.
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