Fundación del Banco Central de Venezuela (1939)

La proposición de crear el Banco Central de Venezuela se presenta dentro de un ambiente de grandes cambios políticos, sociales y económicos coincidentes con una situación mundial convulsionada. No sólo eran los inicios de la Segunda Guerra Mundial, sino también y por sobre todo, los comienzos del gran debate en el país sobre el rumbo político y económico que debía seguirse después de los 27 años del gobierno del General Juan Vicente Gómez. El nuevo gobierno elaboró un plan nacional llamado Programa de Febrero que contempló una serie de medidas de política económica, entre las cuales una de las más importantes fue la de fundar el Banco Central.
El Banco Central de Venezuela se creó mediante una ley promulgada el 8 de septiembre de 1939, publicada en la Gaceta Oficial No. 19.974 del 8 de septiembre de 1939, durante la presidencia de Eleazar López Contreras.
Este hecho tuvo una enconada oposición por parte de sectores nacionales conservadores, que no entendían los cambios experimentados tanto a nivel internacional como a nivel nacional. Consideraban que era una amenaza para la estabilidad monetaria de la nación, dada su asociación con el peligro de un fácil e incontrolable financiamiento del gasto público por parte del Banco Central. De tal confrontación surgieron demandas fallidas de inconstitucionalidad del proyecto después de promulgada la Ley por el Congreso Nacional, en medio de una polémica recogida en los medios de comunicación, así como también la resistencia de un sólo banco comercial para cumplir con la nueva legislación, que establecía la centralización y exclusividad de emisión de billetes por el BCV y la obligación de los bancos privados de entregar el oro que respaldaba sus billetes en circulación.
La emisión y circulación de billetes en todo el territorio nacional era derecho exclusivo del Banco Central. El BCV sólo podría poner en circulación billetes y monedas: mediante la compra de oro, de divisas y de la realización de las operaciones de crédito, especificadas en la ley, con los bancos y con el público. Los billetes del Banco Central eran convertibles en moneda legal venezolana, en barras de oro o en letras o giros a la vista sobre fondos depositados en el exterior. El Banco estaba obligado a respaldar el 50 por ciento de los billetes emitidos en oro amonedado, nacional o extranjero y en barras depositadas en sus propias bóvedas o en custodia en bancos en el exterior, así como en depósitos a la vista en bancos foráneos.
La Ley del BCV ha experimentado reformas a lo largo de la historia en 1943, la fallida de 1948, las de 1960, 1974, 1983, 1984,1987, 1992 y por último la de 2001 que es la vigente. Todas las reformas respondieron a exigencias internas derivadas del acelerado cambio experimentado por la nación y a las nuevas orientaciones que la banca central adoptaba en las economías más desarrolladas, las cuales resultaban de la estructuración de un nuevo orden financiero internacional.
El primer cambio significativo de la Ley del BCV se produjo en medio de la severa crisis económica de los años sesenta, cuando también por iguales razones, se adecuó la Ley General de Bancos a la necesaria transformación que imponían las circunstancias internacionales y nacionales por las que atravesaba el país y el mundo occidental. Se trataba no de modificar una ley aisladamente, sino de modernizar la legislación financiera del país como parte del proceso de cambio y transformación político institucional que daba inicio a la era de la democracia actual.
La otra reforma sustantiva que se produjo en su ley fue el 4 de diciembre de 1992, la cual incorporó el principio de la autonomía en la administración del BCV y le dio al Banco Central el carácter de persona jurídica pública de naturaleza única. Asimismo se eliminó el carácter corporativo que hasta la fecha mantenía la composición del Directorio, en su lugar, se estableció un cuerpo colegiado de siete miembros, un Presidente y seis directores, designados por el Presidente de la República por un período de seis años, que evita la coincidencia con los períodos constitucionales. La designación del Presidente se somete a la aprobación de las dos terceras partes del Senado, mientras que la representación del Ejecutivo en el Directorio se redujo a un Director, el cual en ningún caso puede ser el Ministro de Hacienda. Otro aspecto novedoso que introdujo la reforma fue la prohibición expresa de otorgar crédito directo al Gobierno Nacional, y el establecimiento de una disposición que obliga a la República a reponer el patrimonio del Banco cuando éste incurra en pérdidas debido a la aplicación de sus políticas.
El marco normativo actual se ha adecuado a las nuevas concepciones y corrientes existentes en la Banca Central de un mundo globalizado, donde las instituciones de este carácter valoran la autonomía como una manera de enfrentar los grandes cambios que han ocurrido y que siguen ocurriendo en la esfera financiera, bancaria y monetaria de un modo integrado. Es decir, sobre el BCV recae una tarea muy bien delimitada con relación a tres variables o medios: el dinero, el crédito y la tasa de cambio, con miras a contribuir al logro de tres supremos objetivos: la estabilidad de la moneda, el equilibrio económico y el desarrollo ordenado de la economía.
Las transformaciones en la misión y filosofía del Banco Central vinieron acompañadas con cambios en los espacios y edificaciones, dada la complejidad de las funciones, así como la expansión de su influencia y cobertura, que implicaron la proyección de ellas sobre la sociedad. Además al convertirse en un sujeto de la sociedad financiera internacional, debió alternar con instituciones o centros de poder económico albergados en espacios cónsonos con la función que desempeñan. Es decir la imagen tanto hacia el interior del país y hacia el exterior, habría de tener rasgos trascendentes asociados a su misión pública.
LAS SEDES DEL BANCO CENTRAL

La primera sede que ocupó el Banco Central estuvo ubicada entre las esquinas de Veroes y Jesuitas. En este local abrió sus puertas al público el 15 de Octubre de 1940 y allí se inició el proceso de canje de billetes emitidos con anterioridad por los bancos comerciales autorizados, por los nuevos billetes del Banco Central. De esta manera se concretó la centralización de las reservas monetarias internacionales del país. Posteriormente, el 1° de enero de 1941 fue inaugurado el Banco Central oficialmente en acto solemne que contó con la presencia del Presidente de la República, Gral. De División Eleazar López Contreras.
El 19 de octubre de 1943, se colocó la primera piedra para la construcción de un edificio propio. El diseño de la obra le fue confiado al arquitecto Gustavo Wallis L., quien concibió y construyó un edificio sobrio, elegante, funcional y de gran solidez. En menos de cuatro lustros esta sede fue insuficiente dada la expansión de las actividades provenientes del rápido crecimiento económico del país, que demandaron una mayor capacidad de sus bóvedas, así como a las facilidades para la recepción y entrega de numerario en condiciones óptimas de seguridad.
Hacia la mitad de la década de los cincuenta surgió la necesidad de un nuevo local. Se hizo un proyecto bajo la responsabilidad del Arquitecto Tomás Sanabria, para construir un edificio en dos etapas. En la primera se haría la sede para los más altos niveles de decisión del Banco y también parte de las bóvedas de seguridad y otros servicios específicos de la Institución. Se construyó en el terreno ubicado en el ángulo noroeste de la esquina de Carmelitas, sobre la avenida Urdaneta. Su diseño mereció el Premio Nacional de Arquitectura y el edificio fue inaugurado en 1965, con asistencia del Presidente de la República Dr. Raúl Leoni. Tiene aproximadamente 27.000 metros cuadrados de construcción que comprenden cinco sótanos en la zona de estacionamiento, tres en la zona seguridad y de oficinas, la planta baja, la mezzanina, tres pisos generales para oficinas y un cuarto piso para comedores y sala de asambleas.
La segunda fase, abarcaría una torre de vastas proporciones, originalmente destinada a ser compartida con otros organismos financieros afines al BCV, tales como la Bolsa de Valores de Caracas, la Comisión Nacional de Valores y el Fondo de Inversiones de Venezuela.
La Torre Financiera, como fue denominada, se construyó y fue inaugurada por el Presidente Rafael Caldera el 14 de Septiembre de 1973 con un total de 26 pisos sobre el nivel de la calle, destinados a dependencias del BCV y a los organismos financieros que inicialmente fueron ubicados en el edificio sede. La edificación está interconectada con el edificio sede con el cual forma una sola unidad arquitectónica y funcional que embellece la ciudad capital.
Evolución de la Moneda Venezolana
Siguiendo el estudio del origen y evolución de la moneda en Venezuela, se puede resumir de la siguiente manera:
Época de la Conquista: La actividad comercial de los indígenas de Venezuela se basaba principalmente en el trueque, aunque también se servían de algunos artículos a manera de moneda, entre ellos el urao (especie de salitre amargo extraído de la laguna ubicada en Lagunillas de Mérida) la sal, el tabaco y el algodón. En el Tocuyo, por ejemplo, los indígenas empleaban una moneda llamada quiteroque, que consistía en unas cuentas pequeñas de caracoles, de piedrezuelas de poco valor y huesos de animales, con las que hacían todo tipo de tratos. Entre los relatos de la época se observa el comercio que realizaban, por ejemplo, los coanao, tribu del occidente del Lago de Maracaibo llevando a vender a tierras adentro sal a cambio de oro labrado en águilas, zarcillos y otras piezas. Los caquetíos y guaycaríes hacían mercado, cambiando frutas y otros víveres por pescado.
Época Colonial: Abarca desde la primera acuñación para Venezuela ordenada por el Rey Carlos III en 1787 y las primeras acuñaciones realizadas en Caracas por el Ilustre Ayuntamiento, Según decreto del Gobernador Don Manuel de Guevara y Vansconcelos el 12 de junio de 1802, hasta las últimas monedas hechas por los realistas en 1821. Las monedas de 1802, eran piezas de cobre que tenían carácter de "señas", destinadas a poner término a la diversidad de monedas de otras regiones y a las fichas que fabricaban los comerciantes por la falta de monedas divisionarias que agilizaran los cambios. Se acuñaron en las denominaciones de 1/8 y 1/4 de real.
Época de la Independencia: Comprende las actividades bajo la administración del Gobierno Patriota, con la acuñación, durante un breve lapso, de monedas con los signos de la nueva república de 1812, de 1/8 y 1/4 de real de cobre y de 1/2 y 1 real, así como la emisión de abundante papel moneda. Las incidencias de la guerra de Independencia mantuvieron aislada en manos realistas a la Provincia de Guayana y de Maracaibo del resto del país, por lo que se vieron obligadas las autoridades realistas a acuñar monedas de cobre para cubrir sus necesidades. 
Entre 1813 y 1814 se acuñaron monedas de 2 reales en plata en la Provincia de Maracaibo, las cuales se les dio el apodo de “lanzas”, refiriéndose a las columnas con sus capiteles en forma de lanza.
Para 1817 Páez ordenó acuñar monedas de plata con valores de 1 y 2 reales, en la Provincia de Barinas, esta provincia abarcaba en la época de la guerra de Independencia, todo lo que hoy se conoce como Apure, Portuguesa, Barinas y parte de otros estados, estas monedas también fueron identificadas con el nombre de “monedas de Barinas”, “de Caujaral”, “del Yagual” y “de Achaguas”. “El Yagual” no era para 1817 una población establecida, sino un hato en las cercanías del río Arauca en el cual Páez montó su campamento y tomó la decisión de ordenar su fabricación, sin embargo no fue allí donde se fabricaron estas monedas. En el caso de Achaguas, fue el sitio donde Páez montó su Cuartel General. Las de 1 real son las que se acuñaron en mayor proporción y que popularmente eran conocidas con el nombre de “chipi-chipi” lo que significaba en esa época y en ese lugar algo equivalente a decir: sencillo, estas monedas tienen una cierta similitud con las de Maracaibo por tener el capitel también en forma de lanza.
Época de la Gran Colombia: Desde 1819 cuando Bolívar convocó al Congreso de Angostura, y durante el período de 1821 a 1830 que duró la Federación de Colombia, Ecuador y Venezuela, se acuñaron en Bogotá y Popayán monedas de oro y plata. La Casa de Monedas de Caracas, acuñó pesetas y cuartos de real (cuartillos). En octubre de 1830, el Congreso ordenó la clausura definitiva de la Casa de Moneda Caraqueña.
República de Venezuela: Los años iniciales de la Venezuela separada de la Gran Colombia estuvieron marcados por una gran confusión en materia de monedas, y la circulación de gran cantidad de monedas extranjeras. Las primeras monedas con el nombre de REPÚBLICA DE VENEZUELA llegaron al país en 1844 y eran centavos, medios centavos y cuartos de centavos de cobre, mandados a fabricar en Inglaterra, con lo que se inicia la modalidad de ordenar acuñaciones e importación de monedas a través de agentes comerciales, lo cual dura hasta 1885 cuando se estableció el cuño de Caracas.
En 1863, al finalizar la Guerra de la Federación, se produce una de las rarezas en la numismática venezolana: las monedas con la efigie de Páez, las cuales no salieron a circulación por el derrocamiento del Gobierno del General Páez. Al país llegaron 150.000 piezas de 10 Reales que no fueron recibidas por el nuevo gobierno y fueron regresadas, se presume que la empresa acuñadora las fundió para usar la plata en otras monedas. Sin embargo fueron retenidas 300 piezas por la Legislación de Venezuela en Paris, se deduce que alguna cantidad de estas piezas estén en manos de coleccionistas y comerciantes.
Estados Unidos de Venezuela: El 12 de junio de 1865, el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela, decretó una nueva Ley de Monedas que derogaba la de 1857. Se autoriza al Ejecutivo para establecer Casas de Monedas para acuñar en oro, plata y cobre. Se establecía por primera vez que las monedas de oro y plata llevaran la efigie del Libertador. Se introduce la modalidad que en el reverso de las monedas llevara la inscripción: ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA. En 1879 se dictó una Ley de Monedas, donde se creó la nueva unidad monetaria, el bolívar de plata.1886 es el comienzo de las acuñaciones de la nueva Casa de Monedas de Caracas, la cual laboró sólo durante tres años.
Entre 1885 y 1939 el Ministerio de Sanidad emitió monedas o fichas para las Leproserías Nacionales en Maracaibo, Isla de Providencia y Cabo Blanco con valores que van desde 5 céntimos hasta 20 bolívares, igualmente en 1940 comenzó a emitir billetes con valores de Bs. 0.25, 0.50, 1, 2 y 5.
República de Venezuela: Con el cierre del Cuño de Caracas, se inicia de nuevo la acuñación de monedas venezolanas en el extranjero. La Constitución promulgada en 1953 abandonó el nombre de Estados Unidos de Venezuela. Se realizaron acuñaciones de monedas de plata y níquel. En 1972, el Directorio del Banco Central de Venezuela recomienda al Ejecutivo Nacional, la acuñación de monedas conmemorativas, la cual no estaba contemplada en la vigente ley de Monedas. Con la Ley del Banco Central de Venezuela del 30 de octubre de 1974, este ejerce con carácter exclusivo, la facultad de emitir billetes y acuñar monedas.
Entre 1988 y 1989 ocurrió una clandestina desmonetización no autorizada por el BCV de las monedas de níquel puro, como consecuencia de la fuerte alza de los precios del níquel registrada en el mercado internacional. Esta desmonetización fue realizada por grupos de personas que se dedicaron a recogerlas y sacarlas de la circulación por la vía del contrabando de exportación. Paralelamente, la acaparaban y utilizaban como materia prima y otros usos industriales, lo que ocasionó que el BCV aprobara en 1989 la emisión de billetes por primera y única vez de 1 y 2 Bs., la reimpresión del billete de 5 Bs. que había sido descontinuado en 1974, y monedas de acero enchapadas al 6% de níquel con valores de 25 y 50 céntimos, y 1, 2 y 5 Bs., se presume que las variantes en esta fecha son debido a la fabricación de estas monedas por distintas casas de monedas, ya que fue una acuñación casi de emergencia en gran cantidad de piezas.
En 1998 el BCV aprobó la acuñación de monedas con las denominaciones de 10, 20, 50, 100 y 500 Bs. sustituyendo a los billetes de igual denominación hasta que estos vayan extinguiéndose. A partir del 30 de junio del 2000 entraron en circulación monedas de 20 y 50 Bs. acuñadas en la Casa de la Moneda de Venezuela, con la novedad de incluir el logo de la Casa de Moneda y el año indicado es 1999.
República Bolivariana de Venezuela: Con la aprobación de la nueva Constitución en diciembre de 1999 por referéndum popular, se cambia el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela. El Directorio del Banco Central de Venezuela autorizó la desmonetización de las monedas fraccionarias de las denominaciones de Bs. 0,05; 0,10; 0,25 y 0,50, y de las monedas de plata de Bs. 0,25; 0,50; 1; 2; 5 y 10, las cuales ya no eran utilizadas como medio de pago. Tanto las monedas de plata como las monedas fraccionarias indicadas anteriormente dejaron de ser de curso legal a partir del 1º de abril del 2001. El 9 de agosto del 2001 el Banco Central de Venezuela pone en circulación las nuevas monedas de 10, 20 y 50 Bolívares y el 18 de enero del 2002 el nuevo billete de 10.000 Bolívares, todos con la denominación de REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. La Ley del Banco Central de Venezuela vigente es la publicada en Gaceta Oficial Nº 5.606 Extraordinario de fecha 18 de octubre de 2002.


2 comentarios:


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José Gregorio Hernández