Una presa o represa es un lago artificial que se forma al construirse un muro grueso que interrumpe el curso de un rio, con el fin de controlar el caudal de agua o almacenarla, estas brindan muchos beneficios como la energía eléctrica, el almacenamiento de agua para su consumo, en la industria, para el riego de los campos y regula zonas de inundación; sin embargo estos beneficios pueden tener un alto costo social y ambiental.
Existen en el mundo 45.000 presas en actividad y 1.400 en construcción, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) estas se encuentran en los primeros lugares de la lista de infraestructuras peligrosas para el medio ambiente. Estos grandes depósitos artificiales provocan río abajo, perdida del volumen de agua, reducción de la cantidad de peces nativos y efectos sobre los humedales y las pesquerías ribereñas, así como también, una de las principales causas por la cual la mayoría de los ríos más grandes del mundo están perdiendo su conexión con el mar.
Otro de los impactos fuertes de los embalses es la inundación de grandes extensiones de tierra y con ello la pérdida de plantas y animales; así mismo las represas constituyen una de las principales causas directas e indirectas de la pérdida de millones de hectáreas de bosques, quedando sumergidas bajo el agua y en descomposición, emitiendo grandes volúmenes de dióxido de carbono y de metano, gases de efecto invernadero que aportan al calentamiento global. Por otro lado, el río arrastra sedimentos orgánicos al embalse aumentando la biomasa en putrefacción. Así mismo el desplazamiento de miles de personas y la generación de enfermedades como la disentería y diarreas, así como el dengue por la proliferación de mosquitos se asocian con la construcción de represas.
La idea de un Día de Acción surgió durante el Primer Encuentro Internacional de Damnificados por las Represas, realizado en Curitiba, Brasil, en 1997. A partir de allí se organiza un foro de seguimiento y defensa de los ríos y sus cauces naturales, muy crítico con la política de realización de presas, y se institucionaliza el 14 de marzo (que hasta el momento era el Día de Lucha contra las Represas en Brasil) como Día Internacional.
Ahora se hace un llamado a unirse en solidaridad para “protestar la construcción de proyectos destructivos de desarrollo y para celebrar los buenos logros. También este es un momento para luchar por la justicia social y los derechos de las comunidades sobre sus recursos y sus vidas.”
En años anteriores el 14 de marzo miles de personas en todas partes del mundo han protestado por los daños causados a los ríos, con diversas acciones como parte de un esfuerzo anual para proteger los ríos vivos en todo el mundo.
En América del Norte el auge de las grandes represas fue entre los años 30’s y 50’s. Con la movilización ambientalista en contra de ellas se ha logrado que entre 200 y 300 fueran desactivadas en la década de los 80’s y 120 han desaparecido.
Pero de los años 30’s a los 70’s la construcción de grandes represas se dio principalmente en los países ricos, cuya industrialización requirió de grandes cantidades de energía. Ahora las represas del Norte se van hacia el Sur.
Las represas para controlar las inundaciones no funcionaron. Sólo el 13% de todas las grandes represas en el mundo, en más de 75 países, han sido construidas para controlar las inundaciones. Además, muchas crecidas han sido causadas por cambios climáticos provocados por la deforestación y tala inmoderada de las selvas que no retienen el agua. Las inundaciones han afectado las vidas de 65 millones de personas entre 1972 y 1996, más que ninguna otra clase de desastre, incluyendo las guerras, las sequías y las hambrunas. (Según la Comisión Mundial de Represas).
Los embalses para la energía eléctrica no han beneficiado a todos. Canadá, Estados Unidos, Brasil, China y Rusia, generan más de la mitad de la hidroelectricidad del mundo. Entre 1973 y 1996, la generación de hidroelectricidad fuera del selecto grupo de países miembros de la Organización para Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), pasó de un 29% de la producción mundial al 50%, principalmente en América Latina. Pero en Brasil, pese a sus grandes represas, más de 20 millones de personas no tienen energía eléctrica en sus hogares. No se diga en Colombia, Haití, Honduras, Guatemala o México y específicamente en Chiapas que cuenta con grandes hidroeléctricas y miles de personas sin energía eléctrica.
Más de 45 mil grandes represas se han hecho en todo el mundo desplazando a más de 80 millones de personas de sus lugares de vida; impactando a otros pobladores río arriba y río abajo. Se han endeudado pueblos y enriquecido empresas como lo informa la misma Comisión Mundial de Represas. Se ha contribuido al cambio climático y a las sequías por todo el mundo con más del 50% de los ríos represados en todo el planeta. ¿Qué más se necesita para tomar consciencia?
El movimiento mundial anti-represas está conformando una nueva estrategia de lucha, la solidaridad y las redes locales se están fortaleciendo, queda más claro que el reto es por todo el planeta, por salvar la vida, nuestro mundo; que es la lucha por los derechos humanos y por el derecho a existir.
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