Antes de conocer el veredicto, la dirigente jujeña había dicho “dignificar a los que menos tienen me significó estar sentada en este sillón”
Horas más tarde, se conoció la sentencia: tres años de prisión en suspenso por el escrache a Gerardo Morales en 2009 y absuelta por amenazas.
“Hemos dignificado a miles de compañeros. Ese fue nuestro pecado. Pero yo no lo siento como pecado, porque queríamos la igualdad en un país muy rico. Y donde antes se venían a llevar todo y hoy volvieron otra vez los que siempre se la llevaron: las grandes empresas, las grandes corporaciones, los oligarcas”, dijo Sala en sus últimas palabras.
Previamente, agregó: “Dicten lo justo. Cuando me he manifestado siempre he dado la cara, nunca he mandado al frente a los compañeros ni esconderme bajo la cama. Pero que les quede claro señores jueces, hemos trabajado, hemos dignificado, hemos educado, hemos recuperado la cultura del trabajo. Y recuperamos a miles de jóvenes de la droga, la prostitución y el robo, y que hoy han vuelto de nuevo. Es como si nuestro país estuviera retrocediendo”.
Sala utilizó durante cinco intensos minutos su derecho a hablar por última vez en el debate oral que comenzó el 15 de diciembre pasado por un escrache a huevazos cometido el 16 de octubre de 2009 en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, en el que Morales y el entonces Auditor General de la Nación, Leandro Despouy, iban a dar una conferencia sobre políticas públicas y terminaron enchastrados. De esa protesta no participaron la Tupac Amaru ni Milagro. Por este caso, Sala fue condenada a tres años de prisión en suspenso.
En el final del juicio, la dirigente social recordó la enseñanza de sus padres y reivindicó la educación, el trabajo, la honestidad, como los valores que guiaron a la Tupac y las organizaciones sociales de la Red. Por eso remarcó la importancia que le asignaron a recuperar la cultura del trabajo.
“Volvimos a instalar la cultura del trabajo. Volvimos a inculcar también que había que construir nuestra propia vivienda, nuestro futuro. Y que no había que pensar en comer hoy, sino que había que comer hoy, mañana y pasado”, dijo. Y remató: “lamentablemente nunca pensé que este costo tendría que pagar. Que iban a judicializar la protesta. Siento mucho dolor interno por la injusticia que estamos viviendo”.
La audiencia comenzó a las 16 y el público estalló en un aplauso cerrado apenas Milagro ingresó rodeada por agentes del Servicio Penitenciario. El debate se dio en un tribunal fuertemente custodiado por efectivos de la Policía Federal, incluidos un grupo de operaciones especiales con cascos y escudos.
En ese contexto, la dirigente social se saludó con su esposo, Raúl Noro, y con varios de los asistentes a la audiencia. Entre ellos se saludó con el diputado nacional Juan Cabandié y se dio un efusivo abrazo con el ex secretario de comercio Guillermo Moreno. “Viva Perón”, gritó Sala. “Oh… Vamos a volver”, entonó el ex funcionario, apenas se separaron, y arengó el lugar.
Luego de las palabras de los tres imputados, Sala, López y Ramón Salvatierra, el tribunal ingresó en un cuarto intermedio de dos horas para deliberar y dar veredicto. Sala quedó sentada junto a su abogada: “Una gringa hoy defiende a una coya”, dijo abrazada a Elizabeth Gómez Alcorta.
–¿Qué vas a hacer cuando quedes libre, Milagro?– preguntó un periodista cuando el servicio penitenciario se llevaban a la dirigente.
–Voy a seguir trabajando- respondió Sala. Y aprovechó un micrófono de C5N para reclamar: –Gerardo Morales, pagale el bono de $8000 a los compañeros.
“Criminalización”
Al momento de las últimas palabras también hablaron Graciela López y Ramón Salvatierra, los otros acusados.
“En este juicio quedo muy en claro y muy evidente el revanchismo político hacia las organizaciones sociales por parte de un poder político que es el primer responsable de la crisis de 2001”, disparó López. Y remarcó que los responsables de la peor crisis social y económica que vivió la argentina son “los mismos que hoy nos llevaron al banquillo de los acusados”.
“Hoy se criminaliza la protesta en una Argentina donde costó muchísima sangre recuperar la democracia”, dijo. Y culminó: “Nosotros estamos acá a punto de que nos dicten sentencia por luchadores mientras que Carlos Pedro Blaquier, el genocida mas grande de Jujuy, hoy esta libre”.
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