Al menos 350 personas fallecieron tras un fuerte terremoto que se registró en la provincia de Manabí, en el noroeste de Ecuador.
Es la nueva cifra que se da oficialmente después de que el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, advirtiera que todo indicaba que "esta cifra desgraciadamente va a aumentar con el pasar de las horas".Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés)el sismo tuvo una magnitud de 7,8 grados y se registró a las 18.58 (hora local) del sábado (23.58 GMT).
A su llegada a Ecuador, el presidente Rafael Correa señaló que esta es "la mayor tragedia de los últimos 67 años", desde el terremoto de Ambato del 5 de agosto de 1949.
Y según el Instituto Geofísico, más de 239 réplicas, algunas de más de 6 grados de magnitud, se han producido desde el sábado.
Emergencia
El epicentro del temblor se situó entre las localidades de Cojimíes y Pedernales, en la zona norte de la provincia de Manabí, donde están las comunidades más afectadas.
Manta y Portoviejo también sufrieron severos daños.
Pero el gobierno ecuatoriano decretó estado de excepción en todo el país.Según Glas, la decisión se adoptó para garantizar el orden, de modo que se pueda movilizar la fuerza pública para la seguridad de los ciudadanos y los bienes.
Las autoridades también declararon en situación de emergencia a las provincias de Santa Elena, Manabí, Esmeraldas, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Los Ríos.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa –quien interrumpió un viaje por Italia para regresar inmediatamente al país– declaró que Ecuador no necesita alimentos para hacer frente a la situación, pero si "algo de respaldo en equipos de rescate".
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