TEMAS ABORDADOS
Guerra Económica
Matriz: Fracaso del modelo económico, Terrorismo de Estado.
BALANCE GENERAL
Haciendo referencia sobre la situación económica que enfrenta nuestros país, Omar Ávila, en la columna de opinión del diario El Nacional destacó varias aristas, que a su juicio considera han sido las que más daño le han hecho a la vida económica del país entre ellas mencionó: En primer lugar el “atribuirles responsabilidad al primero, que se la parezca y en este caso le tocó al portal Web Dólar Today; página que según Ávila es el resultado de las malas políticas gubernamentales en materia económica, e hija legítima de Hugo Chávez. En segundo lugar recordó la falla de los puntos de venta en los comercios recientemente, la cual es considerada como una conspiración desde el Ejecutivo, y de ser así la CANTV sería la responsable porque, es la encargada de las comunicaciones y conexiones entre Credicard y los bancos y es ella la que debe dar explicación delo ocurrido puntualizó.
Y en tercer lugar mencionó la devaluación del bolívar, situación que “ha encendido todas las alarmas, porque el país podría estar en proceso de dolarización”.
Ávila reseñó que el gobierno no toma ningún tipo de medidas e insiste en la misma política que nos ha llevado a este despeñadero, y la única manera de salir adelante a esta situación es cuando el gobierno se digne en tomar las medidas necesarias, pero mientras esto ocurre se seguirá intentando solucionar los problemas con medidas policiales, cerrando la frontera y hablando en una mesa de diálogo que ha sido una rotundo fracaso.
En torno a este mismo tema, y con el objetivo de descalificar las acciones implementadas por el Estado y donde próximamente se emitirán nuevos billetes de alta denominación que comenzarán a circular el próximo 15 de diciembre Miguel Ángel Cardozo, en su artículo de opinión hizo un estudio sobre las anteriores reconversiones monetaria hecha en Venezuela y que a su juicio le han ocasionado un daño al país por unas (anti)políticas económicas que pretenden mantenerse. En su artículo, Cardozo reseñó que las reconversiones hechas fue un compromiso de fortalecer la moneda y su objetivo de estabilidad de la economía fundamentado en la ejecución de un conjunto de políticas consistentes en el tiempo y orientadas a favorecer un crecimiento armónico de la economía y el desarrollo económico-social del país.
SINTESIS DE ARTÍCULOS DE OPINIÓN
No es Dólar Today, es Maduro right now / Omar Ávila / El Nacional: Esta semana fue muy movida y un poco más agitada de lo normal con el asunto del incremento acelerado del dólar paralelo. Primero que nada, debo aclarar que todo esto no es una conspiración ni nada por el estilo, es simplemente la crónica de una muerte anunciada.
El régimen siempre busca echarle la culpa de sus responsabilidades al primero que se le atraviese, y en esta oportunidad –y como ha sido a lo largo de los años de control de cambio– le tocó al portal web Dólar Today; es importante señalar, como bien sabemos todos los venezolanos, que esta página web es consecuencia de las malas políticas en materia económica, e hija legítima de Hugo Chávez.
También tuvimos un episodio en estos días, más anormal de lo normal, como fue la falla de los puntos de venta en los comercios. Esta situación hizo sentir a los venezolanos un colapso general, pues, no hay efectivo circulando en la calle, nadie acepta cheques y para remate los puntos de venta lentos o fuera de servicio. Pese a este descalabro, el inquilino de Miraflores asegura que todo fue producto de una “conspiración”. Lo grave es que, de ser así, esta confabulación viene de su misma gente, ya que una empresa del Estado, como es la Cantv, es la encargada de las comunicaciones y conexiones entre Credicard y los bancos. Entonces es la compañía telefónica la que debe darnos una explicación de lo ocurrido ese día.
Por otro lado, vimos el informe que hicieron los chinos a través de Dandong sobre la economía venezolana, el cual no solo ratifica el irresponsable manejo de esta, sino que, además, la consideran peor que las mismas calificadoras de riesgo norteamericanas a las que el gobierno tanto ataca y sataniza. ¿Será que Dandong y los chinos se unieron a la "guerra económica"?
La devaluación del bolívar de una manera vertiginosa como la que estamos viendo, indudablemente ha encendido todas las alarmas, ya que los venezolanos sabemos bien lo que esto significa para nuestro futuro inmediato, considerando que el país está dolarizado –menos los sueldos–, tan es así que todos los productos que consumimos para alimentarnos son importados.
En esta Venezuela, en la que cada vez hay mayor delincuencia, con el único delito que ha acabado este gobierno es con la falsificación de billetes, ya que sale más caro una copia que el propio valor del billete.
Hoy en día ya no es el costo del petróleo la principal variable económica del país, es el precio del dólar el que refleja la profundidad de la quiebra y las expectativas sobre nuestro futuro, que indudablemente produce cada vez mayor desconfianza.
Ante esta grave crisis económica, el gobierno no toma ningún tipo de medidas e insiste en la misma política que nos ha llevado a este despeñadero.
¿Hasta dónde llegará la irresponsabilidad del gobierno? Todo indica que solo cuando ese coctel político-social explote es que este régimen se dignará a tomar algunas medidas, pero además estas no irán más allá de sobrevivir para mantenerse en el poder.
Me atrevo a asegurar que cuando logremos el cambio que la mayoría de los venezolanos hoy clamamos, más que un plan de gobierno aquí lo que hará falta será un plan para recoger los escombros y revertir la catástrofe. Igualmente, el gobierno seguirá intentando solucionar los problemas económicos con medidas policiales a las que nos tiene acostumbrados, como el cierre de la frontera, o políticas, como una mesa de diálogo económica que va para un año de instalada y todos sabemos que ha sido un rotundo fracaso.
Mientras el gobierno continúe viendo a la empresa privada como enemiga y no como esa pieza primordial para poder lograr el desarrollo económico y el bienestar social, seguiremos de mal en peor. Por ello insisto en que el problema de Venezuela no es Dólar Today, sino Maduro y su combo right now.
Por otras monedas / Miguel Ángel Cardozo Montilla / El Nacional: Como numismático, siempre me ha causado emoción la introducción de nuevas especies monetarias, en parte quizás por constituir ellas tangibles e indelebles huellas de la historia, pero como uno más de los millones de ciudadanos de a pie que en la maltrecha Venezuela de hoy padecen los rigores de una crisis sin precedentes en el país –y en buena parte del orbe–, mi preocupación no puede ser mayor ante una reforma del cono monetario nacional que solo es oficial evidencia de la magnitud del daño ocasionado por unas (anti)políticas económicas que, para colmo, se insisten en mantener.
Pero como la ironía no deja de ser moneda corriente en medio de esta perversa dinámica que, cuan tsunami, arrastra con indescriptible violencia la vida de los venezolanos, no está de más recordar lo que en el libro La reconversión monetaria de Venezuela 2008, publicado aquel año por el Banco Central de Venezuela, el entonces presidente del –en aquellos momentos– ya no totalmente autónomo ente emisor, Gastón Parra Luzardo, señaló a propósito de lo que en esas primeras etapas de la solapada implementación del modelo responsable de la actual crisis era un hecho, a saber:
“La reconversión monetaria fue un compromiso para fortalecer la moneda y reafirmar el objetivo de estabilidad de la economía, fundamentado en la ejecución de un conjunto de políticas consistentes en el tiempo y orientadas a favorecer un crecimiento armónico de la economía y el desarrollo económico-social del país”.
Pero si a la luz de lo que en estos momentos acaece en la nación –megadevaluación y rampante inflación de casi cuatro dígitos incluidos– lo anterior, apreciado lector, no le resulta del todo irónico, tal vez otras reflexiones asentadas en la citada obra le hagan cambiar de parecer:
“A partir del 6 de marzo de 2007, Venezuela se sumó al grupo de países que han realizado cambios en sus conos monetarios. Al lado de los estudios sobre el fenómeno inflacionario y las medidas orientadas a controlarla [sic], muchas de las experiencias de otras economías fueron objeto de análisis por parte del BCV para derivar enseñanzas clave a tener en cuenta en el país, que no sustituiría sus especies monetarias en un contexto de hiperinflación, como Brasil a mediados de los años noventa del pasado siglo, ni como expresión de una unión monetaria, como en 12 naciones de la Europa comunitaria a partir de 1999.
”En Venezuela lo planteado era reordenar el cono monetario en un ambiente de crecimiento sostenido de la economía, a fin de superar las consecuencias de años de elevadas tasas de inflación, registradas desde principios de la década de los ochenta y que tuvieron su cúspide en el 103,2% anual del año 1996. Los venezolanos no vivieron cambios diarios de precios en los anaqueles de los supermercados ni llegaron a pagar cantidades millonarias por un refresco, pero sí vieron cómo a sus manos llegaban nuevos billetes de denominaciones cada vez más altas. Si en los años sesenta y setenta, el billete ‘más grande’ era el de Bs. 100, para los ochenta ya lo era el de Bs. 500 y para finales de los noventa, los de Bs. 10.000 y Bs. 20.000. En 2002 habría todavía cabida a uno más: el de Bs. 50.000.
”La moneda venezolana sumaba ceros pero perdía eficiencia como medio de pago: los consumidores estaban obligados a cargar más efectivo y a realizar cálculos con cifras de muchos dígitos”. (pp. 15-17)
Apartando el hecho de que, por lo que a tan espinoso asunto se refiere, sobre los rostros de algunos siguen lloviendo las secreciones de sus propias glándulas salivales, qué puede decirse ahora si un pan campesino –con aspecto más bien de canilla–, agregando los tres ceros eliminados el 1º de enero de 2008 por arte de la prestidigitación chavista, cuesta hoy entre 600.000 y 700.000 bolívares de los de aquel cono.
Y si de lo procedimental en lo tocante a la nueva reforma monetaria se trata, otras consideraciones apuntadas dentro del mismo libro, al servir de base para algunas comparaciones, dan cuenta y razón de otro tipo de acelerada devaluación, verbigracia, la que a continuación se transcribe:
“La resolución sobre la reexpresión monetaria y el redondeo fue un ejercicio de participación y creación colectiva, pues el Banco Central de Venezuela se reunió con un gran número de entes públicos y privados, de los cuales obtuvo la información especializada necesaria para la redacción de esa norma. Además, llevó a consulta pública la propuesta de resolución sobre estos aspectos que, como proyectos, habían sido aprobados por el Directorio, así como los lineamientos sugeridos en cuanto a la adecuación tecnológica”. (p. 23)
O esta otra:
“Para llevar adelante la reconversión monetaria, el BCV tenía que adecuar todos sus sistemas de información, entre ellos, los que lo relacionan y son fundamentales para el funcionamiento del sistema financiero nacional. Igualmente, debía adelantar las acciones necesarias para que los resultados esperados se dieran en diversos organismos públicos y privados.
”La experiencia de países europeos, así como el intercambio técnico con México y Perú, sirvieron de apoyo al cambio tecnológico. Aquí también mostró todo su valor la red de cooperación interinstitucional activada por el BCV, ya que las experiencias y conocimientos de otras organizaciones permitieron validar los lineamientos para programadores y áreas de tecnología. Por ejemplo, en conjunto con el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), que regula todo lo relacionado con la facturación, se establecieron las guías a seguir en esta materia. Asimismo, hubo un trabajo coordinado con el Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (Sencamer) para las pautas de calibración de las máquinas de pesos, surtidores de gasolina y otros mecanismos de medida utilizados en el comercio. Otro caso fue el algoritmo de conversión de sueldos y salarios, así como el efecto del redondeo sobre ellos, que se abordó de común acuerdo con el Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y Seguridad Social”. (pp. 27-28)
O la siguiente:
“Para el 15 de noviembre de 2008, el BCV ya había puesto a circular en el torrente de la economía 1.018 millones de billetes, equivalente a Bs.F. 20.665 millardos, cantidad suficiente para el perfecto desenvolvimiento de la economía venezolana. Entretanto, al cierre de 2008, se había colocado una cantidad significativa de monedas nuevas que permitió abastecer al mercado de sencillo.
”Para lograr estos resultados, el BCV se apoyó activamente en la banca privada y en las empresas de valores, las cuales en su mayoría cumplieron a cabalidad con el cronograma de asignaciones de remesas que fue diseñado para cada institución, en función de su ubicación geográfica y su proximidad respecto a los centros nacionales de distribución.
”Igualmente se ejecutaron operativos especiales, entre ellos, canje directo de billetes y monedas a grandes cadenas comerciales, venta de combos de monedas en todos los estados del país, en entes gubernamentales y estaciones del Metro de Caracas, con la finalidad de familiarizar a la población con las nuevas monedas.
”En el caso de las poblaciones más remotas y las zonas no bancarizadas, la distribución de monedas y billetes fue desarrollada por la gente del BCV en el marco de un plan especial de envíos”. (pp. 67-69)
O que tal esta:
“El 1 de enero de 2008 se cruzó la meta como estaba previsto y si bien la satisfacción institucional puede asimilarse a la sonrisa del atleta que rompe con su pecho la cinta de llegada, es sustancialmente diferente la dimensión de lo alcanzado: no una hazaña individual, sino un logro nacional. Asimismo, no fue una medalla colosal colgada en la fachada de la sede del BCV lo que testificó el éxito, sino el hecho de que, desde las primeras semanas del año, la población había asumido con tranquilidad y confianza la nueva escala monetaria”. (p. 13)
Hoy, a la escasez de efectivo y a los múltiples obstáculos para la adquisición de bienes y servicios haciendo uso de otros medios de pago, se suma la perniciosa incertidumbre generada por la ausencia de información sobre el alcance de la reforma monetaria y las características del nuevo cono, lo que, más allá de los sesgos e hipérboles contenidos en la citada obra, demuestra que en Venezuela no es solo el bolívar lo que se ha devaluado –aún más–.
No deja de ser también irónico el que esa devaluación esté siendo evidenciada por otras monedas.
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