El retoque fotografico es una tecnica que permite obtener otra imagen modificada, ya sea para lograr una mejor calidad o mas realismo, o para obtener una composición totalmente diferente que distorsione la realidad. Para llevar a cabo dicho proceso, se utilizan mayoritariamente programas informaticos.
Durante los últimos años la profesión fotográfica ha ido engendrando pequeños huecos que otros profesionales deben cubrir, especialmente cuando atomizamos y especificamos nuestro trabajo. Entre estas nuevas profesiones se encuentra el retocador fotográfico, una persona que entiende y se encarga del procesado y el retoque de nuestras imágenes para que queden perfectas. Hoy analizamos esta figura y explicamos el por qué un fotógrafo profesional nunca debería retocar sus fotografías.
Qué es el procesado y retoque fotográfico
El proceso de postproducción de cualquier producción audiovisual requiere de un ordenador. Un vídeo necesita montarse y etalonarse, mientras que una fotografía necesita procesarse y retocarse. El principal problema que encontramos es la limitación de conocimientos, ya que es posible que no conozcamos al 100% el funcionamiento interno de Photoshop para exprimir la mayor cantidad de información de nuestro RAW. Por esto, la figura del retocador profesional ha ido en auge durante los últimos años y se han establecido como indispensables para gestionar la ametrallada producción del mercado profesional.
Las funciones del retocador fotográfico consisten en realizar los procesos de corrección de color, limpieza de pieles y ropa y aplicación de dodge&burn para corregir y unificar pieles y tejidos. En última instancia, el fotógrafo es el que elige si licuar o deja licuar al retocador que contrata, ya que es un proceso muy delicado que muchos fotógrafos prefieren reservarse para sí mismos. Ejemplos de ello son profesionales como Omar Josef al que entrevistamos para el blog.
En cualquier caso, retocar es una actividad de la que se están empezando a encargar retocadores independientes y pequeños estudios porque se está empezando a desdoblar como una profesión independiente del fotógrafo. Para entender este fenómeno podríamos pensar en la fotografía química: si realizábamos fotografías y mandábamos el carrete a revelar a un estudio adecuado, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con las imágenes digitales?
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