El Gobierno de Venezuela iniciará el
martes la preventa del petro, la divisa digital con la que busca obtener
capital para hacer frente a la crisis económica que azota el país
suramericano y minimizar el impacto de las sanciones impuestas por
Estados Unidos.
El
presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha propuesto que la divisa
digital, respaldada por las reservas petroleras, comience a ser
negociada a partir del martes, 20 de febrero, fecha de vencimiento del
plazo para el registro de demandantes y se inicie una preventa.
Conforme informó el domingo un despacho
de la agencia de noticias alemana DPA, en la preventa, que durará un mes
a partir del 20, se asignarán montos a empresas estatales y grupos
privados mediante subastas que fijarán el precio por unidad.
Inicialmente, explicó la fuente, se
venderán 38,2 millones con descuentos reservados para las operaciones y
el 20 de marzo dará comienzo la fase de “oferta inicial”, en la que se
venderán 44 millones de la divisa digital y que estará abierta a
ciudadanos y empresas privadas, totalizando una oferta de 82,4 millones.
El resto quedará en manos de la
Superintendencia de Criptomoneda, que regulará el intercambio,
agregó DPA, mientras señaló que la referida moneda virtual se basará en
un tipo de cambio que establece que un petro será igual a un barril de
petróleo venezolano, que se cotiza en unos 60 dólares.
En este mismo contexto, el informe
apostilló, que según las estimaciones, con la divisa digital, Caracas
podría generar hasta 280.000 millones de dólares de capital fresco, una
apuesta del Gobierno en momentos en que la moneda nacional, el bolívar,
ha sido golpeada por la inflación y la devaluación.
De esta forma, Venezuela pretende
contrarrestar la guerra económica, agudizada por las sanciones
impuestas por parte de la Administración estadounidense, presidida por
Donald Trump, contra el país suramericano.
A mediados del pasado mes de enero, el
Departamento del Tesoro de EE.UU. amenazó a los estadounidenses que
deseen invertir en la criptodivisa venezolana, con que “podrían
exponerse a riesgos legales”, e incluso ser perseguidos legalmente en
virtud de las sanciones impuestas a Caracas.
Venezuela ha denunciado en reiteradas
ocasiones ser blanco de una “guerra financiera mundial”, ofensiva, que a
su juicio, es dirigida por el “imperialismo” estadounidense, que además
de duros embargos, busca fastidiar la empresa estatal Petróleos de
Venezuela S.A. (PDVSA) y crear un “paro silencioso” en el sistema
petrolero de este país.
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