BALANCE GENERAL
Editorial (El Nacional): (…) “El oficialismo seguirá haciendo trampas y montando emboscadas políticas cada vez que le venga en gana” (…) “El sueño de moralizar y de limpiar el país de la corrupción no solo ha naufragado sino que se ha entristecido en la misma medida en que se ha militarizado el país” (…) “un despliegue tan inútil y malbaratador de los dineros públicos que esta jugada de hacer aparecer a la Fuerza Armada como garantía de seguridad en los días de votación (…) Su papel ahora consiste en crear una atmósfera de miedo, de temor y de disuasión”.
Roberto Malaver (Últimas Noticias): “En fin, que si un político cuando pierde, se ampara en decir que hubo fraude, ese político tiene que revisarse. Mucho mejor lo hizo Henri Falcón, que reconoció su derrota de una vez y sin mucho palabreo”.
Earle Herrera (Últimas Noticias): La voz cavernosa de Gerardo Blyde rasgó la medianoche. Con la engolada grandilocuencia del derecho constitucional (…) “Ellos saben que no son mayoría”. (…) Ramos ya saboreaba las mieles del poder en Anzoátegui, Nueva Esparta, Mérida y Táchira, incluso, hacía y deshacía una lista mental de los directores de despacho que el partido, o sea él, impondría en cada gobernación. (…) Era la primera diferencia insalvable después de la colosal derrota. (…) Blyde prosiguió (…): “Volveremos a la calle”. (…) La MUD se bamboleaba en su incesante péndulo existencial: derrotada en la calle guarimbera, volvía a las urnas electorales; aplastada con los votos del pueblo, retornaba a las guarimbas callejeras. (…) Blyde amenazaba con un lugar donde nunca ha estado: la calle. Pasó de burgomaestre fracasado a fracasado estratega electoral.
EXTRACTOS DE LOS ARTÍCULOS DE OPINIÓN
El NACIONAL (Editorial): Entre Tocorón y el CNE
Que nadie se haga ilusiones: el oficialismo seguirá haciendo trampas y montando emboscadas políticas cada vez que le venga en gana, pues tiene clara conciencia de las debilidades de la oposición y de su escasa o nula capacidad de respuesta (…). El sueño de moralizar y de limpiar el país de la corrupción no solo ha naufragado sino que se ha entristecido en la misma medida en quese ha militarizado el país, incluso en las jornadas estrictamente cívicas como lo son las elecciones. Los periodistas no recordamos un despliegue tan inútil y malbaratador de los dineros públicos que esta jugada de hacer aparecer a la Fuerza Armada como garantía de seguridad en los días de votación (…) Su papel ahora consiste en crear una atmósfera de miedo, de temor y de disuasión. No nos extraña que hoy tengamos “felizmente electos” a tantos militares que han pasado de ser funcionarios a gobernadores, y no siempre de la manera más correcta, según denuncian los otros candidatos. Lo cierto es quealgunos integrantes del CNE dan la impresión de seguir cursos en la Universidad de la cárcel de Tocorón, con profesores graduados en posgrado en trampas y fraudes.
Roberto Malaver (Últimas Noticias): En busca del fraude perdido
“El lunes 16 de agosto de 2004, a las seis de la tarde,Henri Ramos Allup salió en la pantalla de Globovisión, rodeado de miembros de aquella cosa que se llamó La Coordinadora Democrática, anunciando que en el referéndum que se había realizado el día anterior, se había cometido un fraude enorme, y que el próximo día presentaría las pruebas. Se cumplieron ahora en agosto, 13 años de aquella declaración, y el hombre sigue buscando las pruebas de aquel fraude. Y lo peor es que, según sus compañeros de la banda La MUD, ahora se acaba de presentar otro fraude”. (…)
Y dice: “Ahora Ramos Allup se ríe de lechuguinos y petimetres. Y de una manera ingrata puso a declarar a Ramón Guillermo Acevedo, que no tenía por qué hacer ese papel tan gris, (…) en su declaración, este hombrebuscando abandonar su mundo gris de la política,declara que “hubo una victoria gigantesca”, lo peor es que después escribe una columna y no pide perdón por lo que dijo, sino que se justifica. Típico de todo hombre gris”
(…) “Y lo de Gerardo Blyde es para incorporarlo al mundo de la baratija. Llamó a la gente a la calle para desconocer los resultados y no salió nadie. (…)
(…) En fin, que si un político cuando pierde, se ampara en decir que hubo fraude, ese político tiene que revisarse. Mucho mejor lo hizo Henri Falcón, que reconoció su derrota de una vez y sin mucho palabreo”.
Y para terminar dice: “Debe ser que sus asesores comunicacionales ahí sí la pegaron”.
Earle Herrera (Últimas Noticias): La mustia noche de la MUD
La voz cavernosa de Gerardo Blyde rasgó la medianoche. Con la engolada grandilocuencia del derecho constitucional y la cursilería del derecho de nacer, eructó: “Ellos saben que no son mayoría”. Un mapa rojo en todos los canales lo desmentía, pero sobre todo, la cara lívida de sus conmilitones. La demacrada palidez de Ramos Allup se acentuó cuando el ojeroso vocero de la MUD tronó: “no reconocemos los resultados electorales”. No excluyó las gobernaciones ganadas por AD y PJ.
Ramos ya saboreaba las mieles del poder en Anzoátegui, Nueva Esparta, Mérida y Táchira, incluso, hacía y deshacía una lista mental de los directores de despacho que el partido, o sea él, impondría en cada gobernación. De hecho, el veterano adeco estaba y no estaba allí cuando Blyde le arrebató el caramelo de la jeta. (…)
Era la primera diferencia insalvable después de la colosal derrota. (…) Blyde prosiguió con su indigerible seriedad y ya descompuesta solemnidad: “Volveremos a la calle”. Una risa chillona de hienas en celo apuñaló la madrugada infausta. ¡Oh, Lautreámont!
La MUD se bamboleaba en su incesante péndulo existencial: derrotada en la calle guarimbera, volvía a las urnas electorales; aplastada con los votos del pueblo, retornaba a las guarimbas callejeras. O sea, de María Corina a Ramos Allup y de Ramos Allup a María Corina, hasta el infinito, como un Sísifo en la casa del partido. O en la OEA. Blyde amenazaba con un lugar donde nunca ha estado: la calle. Pasó de burgomaestre fracasado a fracasado estratega electoral. Pero no era el padre de la derrota. Muchos otros participaron en el engendro de la criatura incestuosa que abortó la noche mustia.
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