Caracas, 29 de abril de 2016.-
"La Gran Misión Vivienda Venezuela es un modelo digno de admirar pero también de estudiar porque no se trata nada más de hacer viviendas sino que aquí se involucra al pueblo en esa construcción". Con esta frase, Jean François Parent, presidente del Laboratorio Internacional del Hábitat Popular de Francia, en 2015 evaluó la política pública del gobierno revolucionario durante el Foro Internacional Ciudades Ecosocialistas.
Y es que, en Venezuela, el Gobierno nacional con el modelo socialista, construye viviendas dignas para quienes más las necesitan, en un proyecto social que solo fue posible en la mente del Gigante Hugo Chávez.
Ni una sola familia venezolana sin vivienda segura, estable, digna. Esa fue la meta que se planteó el comandante Hugo Chávez al lanzar el 30 de abril de 2011 la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV): hacer frente al déficit heredado de viviendas en el país y que apartó a las mayorías de menores recursos a los barrios precarios y en riesgo.
"El drama de la vivienda no tiene solución en el capitalismo. Aquí lo vamos a solucionar con socialismo y más socialismo", puntualizó el líder de la Revolución Bolivariana ese sábado de hace cinco años, cuando en el Teatro Teresa Carreño de Caracas lanzó oficialmente la GMVV.
El Comandante Chávez demostró al pueblo que sí se podían dignificar sus condiciones de vida, tras años de exclusión: Los gobiernos de la Cuarta República tenían a los menos favorecidos totalmente hacinados en ranchos que levaban en terrenos peligrosos; para ellos era prácticamente imposible habitar en céntricas zonas monopolizadas por terratenientes y negociantes inmobiliarios por los altos e inaccesibles costos.
Pero ese trato injusto se frenó. Una mirada al pasado afianza que la derecha en el poder obviaba las necesidades habitacionales de los pobres, y en una proporción mínima cumplieron con la construcción de hogares.
En 19 años, durante los 4 gobiernos que antecedieron al de Hugo Chávez (desde 1979 a 1998), apenas se levantaron 1.415.631 viviendas. Mientras, en Revolución, asumida por la dupla Chávez-Maduro, se han logrado edificar y adjudicar 1.015.962 unidades habitacionales.
“En el 2019 debemos haber llegado a la meta de 3 millones de viviendas, hogares de comunidades de paz y amor, es la meta”, expresó el presidente obrero, Nicolás Maduro.
Ante este contexto, ahora Venezuela es una referencia internacional para los pueblos del mundo, como una alternativa para la solución habitacional y ruptura de paradigmas.
Calidad y garantía de vida
En continuidad del legado del Comandante Supremo el presidente Nicolás Maduro ha logrado que la GMVV esté más consolidada que nunca. Los convenios bilaterales con Bielurrusia y Vietnam también refuerzan este fruto.
En solo cuatro años, con una inversión que supera los 75 mil millones de dólares, este programa ha afianzado una transformación estructural en el urbanismo global de todo el país.
De esta manera, la filosofía socialista ha hecho tangible que los beneficiarios no solo reciban las llaves de su inmueble; también obtienen la propiedad de su terreno, rescatado por el pueblo. Asimismo, participan en la autoconstrucción, que une mano de obra del pueblo socialista organizado más el apoyo de colectivos y los participantes de la Misión Ribas Productiva.
Ahora bien la bancada opositora, representada por la autodenominada MUD, pretende que cada familia posea una estructura mínima (terreno + bases) inacabada de una casa y luego se endeude con la banca privada para que amplíe la vivienda. Esto lo pretenden desarrollar mediante la Ley de Títulos de Propiedad, aprobada por la oposición en la Asamblea Nacional.
Con las propuestas de ley opositora, el pueblo patrio evidencia cómo sería el futuro de su estabilidad habitacional: frenarían la Gran Misión Vivienda, sin protección a los derechos socioeconómicos de la población.
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